Quince visiones
Inteligencia artificial
Nuria Oliver
Conclusión
V ivimos en un momento clave en nuestra historia, ya que nunca antes habíamos contado con herramientas tan potentes como la inteligencia artificial. Sabemos que necesitamos la inteligen- cia artificial para abordar los grandes retos del siglo XXI y ofrecer soluciones potenciales y oportunidades para crear un mundo más igualitario, inclusivo y participativo. Al mismo tiempo, la IA puede representar una amenaza para la democracia, entre otros motivos, por la falta de diversidad y veracidad en los algoritmos de IA, por la capacidad para generar y difundir masi- vamente desinformación, por la potencial manipulación a gran escala del comportamiento humano y la violación de derechos fundamentales. Es absolutamente necesario asegurarnos de que el des- pliegue masivo de la IA en nuestra sociedad no amenace nuestros valores democráticos. La compleja relación entre la IA y la demo- cracia nos desafía a reimaginar y mejorar la forma en que la política y la participación ciudadana funcionan. Nos insta a estar más informados y ser más críticos, a educarnos sobre los avances tecnológicos y a exigir rendición de cuentas a nuestros líderes y a las empresas que desarrollan la IA. Abordar estos desafíos requiere un enfoque multidisciplinar que involucre a Gobiernos, empresas, la academia y la ciudadanía para garantizar que la IA se utilice de manera responsable y en beneficio de la sociedad. Un ejemplo de iniciativa innovadora a este respecto es la fundación ELLIS Alicante ³ que dirijo. Es una fundación de nueva creación, fruto de un movimiento de la socie- dad civil que cuenta con el apoyo e impulso de una Administración pública (la Generalitat Valenciana) y con un modelo de financiación público-privado para investigar en inteligencia artificial ética, res- ponsable y para el bien social.
La inteligencia artificial también puede ser una fuerza posi- tiva que fortalezca nuestros sistemas democráticos al permitir una mayor participación ciudadana, fomentar la transparencia, posibi- litar una gestión más eficiente en las Administraciones públicas y permitir el diseño, despliegue y evaluación de políticas públicas alineadas con las necesidades reales de la sociedad. Churchill afirmó que “la democracia es la peor forma de gobierno, exceptuando todas las demás”. Dado que el futuro de la IA depende de nosotros, también está en nuestras manos el futuro de la democracia. Como señaló Albert Einstein, la verdadera sabi- duría radica en utilizar la tecnología para beneficiar a la humanidad y no al revés. Con una inteligencia artificial utilizada sabiamente podremos incluso abordar algunas de las imperfecciones de nues- tra querida democracia.
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