Anuario 2024 de Cotec

Quince visiones

Rafael Yuste

Neurotecnología

Cuestiones éticas y sociales que suscitan las neurotecnologías en los sistemas democráticos

L as neurotecnologías y las BCI pueden reportar importantes bene- ficios científicos, clínicos y económicos, y abrir un nuevo mundo de actividades humanas. Al mismo tiempo, debido a que interac- túa con el órgano que genera nuestras mentes, la neurotecnolo- gía también motiva una serie de preocupaciones éticas y sociales serias. ¹⁴ Las neurotecnologías pueden, de hecho, acceder a la acti- vidad cerebral y manipularla; algo de suma importancia, porque el cerebro no es un órgano más del cuerpo, sino el que genera toda nuestra actividad mental. Los estudios con pacientes y los experimentos con animales han demostrado sin duda alguna que todas las habilidades cognitivas, entre ellas las percepciones, los pensamientos, los recuerdos, la imaginación, el comportamiento, las decisiones, las emociones, etc., son el resultado directo de la actividad de las neuronas y la glía del sistema nervioso. Dado que el cerebro genera nuestra mente, las BCI suponen un método directo para decodificar o manipular su contenido. Un ejemplo de los potenciales problemas éticos que plan- tea la neurotecnología tiene que ver con su capacidad para decodi- ficar la actividad cerebral, puesto que descifrar la actividad mental vulnera la privacidad mental. No se trata de ciencia ficción, porque ya es posible una decodificación inicial de la actividad cerebral, como ilustran los experimentos con animales y los estudios con pacientes mencionados antes. Potencialmente, cualquier tipo de estado cerebral puede descifrarse y decodificarse, no solo los pensamientos o las imágenes conscientes, sino los inconscientes, que también son generados por el cerebro y de los cuales pue- den obtenerse imágenes con escáneres cerebrales no invasivos. ¹⁵ Otra preocupación importante es la integridad mental. Como la actividad cerebral genera la conciencia y el yo, ¹⁶ su manipulación externa podría alterar la identidad personal, el núcleo básico de la

experiencia humana. Esto tampoco es ciencia ficción, porque se han observado cambios de personalidad en pacientes con la enfer- medad de Parkinson sometidos a estimulación cerebral profunda. ¹⁷ Muy relacionados con esto podrían estar los efectos de las BCI en nuestra agencia, nuestro libre albedrío o nuestra libertad cognitiva, definidos como la capacidad de tomar decisiones libres y hacerse responsable de ellas. Si la neurotecnología se utiliza para modificar los circuitos cerebrales responsables de la toma de decisiones, también disminuirá nuestra agencia, como demostraron los men- cionados experimentos con ratones. Por supuesto, una sociedad de agentes libres e independientes es absolutamente necesaria para la democracia, por lo que el posible uso indebido de la neu- rotecnología podría debilitar la base de una sociedad democrática. La utilización de las BCI para el perfeccionamiento mental y cognitivo también plantea otras cuestiones sociales importantes con consecuencias para los sistemas democráticos modernos. ¹⁸ Una de ellas es quién tendrá acceso a estas tecnologías. Es proba- ble que las BCI sean caras y que al principio solo se las puedan per- mitir determinados grupos de personas en países concretos. Esto podría dar lugar a una sociedad con dos tipos de humanos: los que están perfeccionados y los que no. Un último grupo de preocupa- ciones sobre el posible uso indebido de la neurotecnología en una sociedad democrática tiene que ver con el riesgo de que los algo- ritmos que se utilizan en los dispositivos neurotecnológicos puedan estar sesgados y discriminen a determinados grupos de personas. Esto es potencialmente muy grave porque, como demuestran los experimentos con ratones citados, la persona interpretará interna- mente esta información como si fuera su propio pensamiento, no como el producto de un dispositivo externo.

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