Quince visiones
Rafael Yuste
Neurotecnología
Directrices éticas, regulaciones, deontología y soluciones técnicas
“Tiene sentido un marco legal para la neuroprotección, pero muchas veces la implementación, la aplicación y el diseño de nuevos procedimientos legales están sujetos a un complicado proceso político”.
A nte estos potenciales retos a los que se enfrenta una sociedad democrática, causados por el uso indebido de la neurotecnología, se podría desarrollar una serie de directrices éticas y soluciones técnicas para prevenir sus efectos negativos, al tiempo que se per- mite un mayor crecimiento y difusión de esta tecnología potencial- mente transformativa. ¹⁹ Lo ideal sería proporcionar una solución con múltiples enfoques a estas cuestiones éticas y sociales, y contribuir al desarrollo de unas directrices neuroprotectoras que sirvan de brújula y contención para el desarrollo y el despliegue futuros de estas tecnologías, así como para garantizar una fabri- cación rigurosa y unos estándares técnicos en los dispositivos, de modo que puedan implantarse y ser utilizados por la pobla- ción de manera segura. Como sucede en la medicina, podría haber dos tipos de directrices éticas para los dispositivos neurotecnológicos, unas impuestas por los responsables políticos y los legisladores y otras adoptadas por individuos particulares. Ambos enfoques son com- plementarios y sinérgicos. Entre las primeras, los principios éticos que se sugieren son la protección legal o basada en los derechos humanos de la privacidad mental, la integridad mental, la garantía de un acceso justo a las tecnologías de perfeccionamiento y la pro- tección frente a los sesgos algorítmicos. Estos principios básicos podrían añadirse a los derechos humanos existentes, porque pro- tegen algunos de los principios básicos de la experiencia humana. Si bien tiene sentido un marco legal para la neuropro- tección, anclado en los derechos humanos existentes o futuros, muchas veces la implementación, la aplicación y el diseño de nue-
vos procedimientos legales están sujetos a un complicado pro- ceso político. Este podría durar mucho tiempo y sufrir presiones e influencias externas. Un enfoque alternativo sería generar un sencillo juramento tecnocrático, una promesa personal que cien- tíficos, ingenieros y empresarios asumieran en conciencia. Este juramento tecnocrático, parecido al juramento hipocrático de los médicos, podría generalizarse y garantizar que los profesionales de estas nuevas tecnologías se acogen a un código profesional de conducta que sirve de deontología interna. Esta promesa podría incorporar principios como la beneficencia, la dignidad y la justicia, que constituyen el núcleo de la deontología médica, codificada en el informe Belmont, e introducirlos en la tecnología. Un último conjunto de soluciones para los retos que plan- tean las BCI podría ser el desarrollo de soluciones técnicas nove- dosas que minimizaran o eliminasen algunos de estos proble- mas. Por ejemplo, con nuevos algoritmos criptográficos se podría garantizar que los datos neuronales no se pueden decodificar sin consentimiento. Las nuevas estrategias informáticas en un chip ( on-chip ) o en un dispositivo ( on-device ), como el aprendizaje fede- rado, podrían mantener todos los datos en el dispositivo y comuni- car al servidor únicamente los metadatos. La privacidad diferencial es otra estrategia que podría utilizarse para minimizar los riesgos asociados a la privacidad. También cabría idear soluciones de ingeniería similares para los problemas relacionados con la mani- pulación de la identidad mental y la agencia, lo que protegería la integridad mental.
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