Anuario 2024 de Cotec

Quince visiones

Participación

Astrid Barrio

Formación del espíritu democrático

“Para evitar esta brecha en la participación es necesario incidir en una formación que permita revertirla”.

L as diferencias en los niveles de participación política, como ya se ha apuntado, tienen su origen en desigualdades a menudo estruc- turales y hay individuos que por sus características individuales y de grupo tienden a implicarse menos en política. Factores obje- tivables, como un menor nivel de formación, situaciones de des- empleo, dedicación plena a las actividades domésticas, juventud, edad avanzada o pertenencia a determinados colectivos, situacio- nes todas ellas que implican una menor inserción social, se aso- cian a un menor interés por la política y a una menor participación política. Pero además existen factores subjetivos, en gran medida relacionados con los factores objetivos, que también inciden en el nivel de participación, en particular, la percepción de competencia política, que suele ser inferior en estos colectivos. Y esta menor percepción de competencia política afecta negativamente a la participación política, de modo que a menor sensación de com- petencia, menor interés por la política y menor participación. En relación a la participación electoral, Daniel Gaxie demostró en los años setenta que, aunque el sufragio universal existía y que for- malmente todos los ciudadanos podían participar electoralmente, de facto , se producía una autoexclusión en su ejercicio que estaba vinculada precisamente a la percepción de escasa competencia política. De este modo sostuvo que frente al sufragio censitario ya abolido basado en la existencia de un censo de naturaleza fiscal, en la democracia de masas existía un cens caché , que eran jus- tamente las restricciones al sufragio derivadas de la percepción de incompetencia política, razón por la cual las personas que se sentían menos competentes políticamente votaban menos. Pero la percepción de incompetencia no afecta tan solo a la participación

convencional, sino también a los otros modos de participación política y las personas que se sienten menos competentes tam- bién tienden a participar menos en acciones no convencionales o protestatarias en lo que Dalton ha denominado el gap de la par- ticipación. Para evitar esta brecha en la participación que se basa en la sensación de competencia política, es decir, en la capacidad para entender las cuestiones relativas a la política, es necesario incidir en la formación que permita revertirla. Una formación sobre los fun- damentos de la democracia accesible en las distintas etapas de la vida y que sea tanto de naturaleza obligatoria como voluntaria. Por un lado, en las etapas más tempranas mediante la introducción de una asignatura en la formación obligatoria en la que se expliquen las características y el funcionamiento de los sistemas democrá- ticos. Y más adelante, teniendo en cuenta que la percepción de incompetencia se relaciona con condiciones socioeconómicas desfavorables, se podría vincular la percepción de ayudas o bene- ficios sociales a la realización de este tipo de formación. A su vez, las Administraciones locales, del mismo modo que llevan a cabo acciones para promover la participación, por ejemplo procesos participativos, unas acciones que se han revelado especialmente útiles cuando los ciudadanos cuentan con los recursos y el cono- cimiento para participar, podrían promover acciones de formación en política democrática. Existe el riesgo, sin embargo, de que esta formación acabe politizada y siendo utilizada como un instrumento de propaganda político por lo que sería conveniente una definición consensuada entre las Administraciones y los grupos políticos de los contenidos de la misma.

69

Made with FlippingBook - Online Brochure Maker