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Diario
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PONTEVEDRA
9 Enero, 2024
La pareja cubana que reformó un pazo del siglo XIX para pasar sus vacaciones
Crece el número de españoles que veranean en la zona de Baleares e invierten en Galicia Maggie y Jorge Villacampa viven en Miami, pero se enamoraron de Galicia. Sabían mucho de es- ta comunidad porque los abue- los de ella le contaron infinidad de veces como era la tierra en la que crecieron. Eso fue moldean- do la identidad de Maggie, que a los pocos minutos de empezar a hablar se confiesa una enamo- rada de Vigo. El ejemplo de este matrimonio cubano afincado en Miami es el de mucho extranje- ros que encontraron en Galicia un lugar en el mundo para reti- rarse. La tranquilidad y el clima están detrás de esta decisión. El agente inmobiliario de Lucas Fox, Rafael Rosendo, reconoce que ca- da vez son más los compradores nacionales que se interesan por las Rías Baixas y Altas. «El año pasado empezamos a ver como mucho español cambiaba la zo- nas de Baleares y Madrid por Ga- licia. El perfil es de alguien que busca una segunda residencia donde jubilarse», apunta Rosen- do, que calcula que el compra- dor nacional es ya el 42 % de to- das las operaciones que cierran. Según los números que bara- jan desde Lucas Fox, el precio medio de las operaciones en el 2023 fue de 650.000 euros. «En la mayoría de los casos optan por casas, pero estamos notando un incremento importante de gente que comprar pisos para invertir en ciudades como Vigo», apun- ta Rosendo. La propiedad que adquirieron Maggie y Jorge Villacampa no fue la primera que vieron, pero sí a la que le encontraron más posibili- dades. «Vimos una que era muy bonita, pero muy pequeña y si vienen los muchachos no cabía- mos», apunta la propietaria del Pazo de Reirís, que no descar- ta en el futuro reformar la única construcción de la propiedad que todavía está en estado ruinoso. Esta pareja ha arreglado el resto del terreno e incluso montó una piscina en el jardín. Cuando sus amigos de Miami le preguntaban cómo iban a comprar tan lejos, ellos no tenían dudas. Se habían enamorado de este pazo gallego en el que habitualmente trabajan tres personas. La propiedad fue construía en el siglo XIX y per- tenecía a un empresario de Vila- garcía, que la tuvo durante años a la venta hasta que la inmobilia- ria Lucas Fox se encargó de po- nerla en el mercado. Maggie y Jorge Villacampa la adquirieron en octubre del 2021 y en mayo del 2022 comenzaron los trabajos de reforma, que con- cluyeron en julio del 2023. Solo pudieron estar un par de sema- nas en verano antes de regresar ahora en Navidad.
Residen en Miami, pero se enamoraron de Caldas tras hacer el Camino
NIEVES D. AMIL
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PONTEVEDRA / LA VOZ
Es uno de los días más fríos del invierno. El termómetro en Cal- das apenas marca dos grados a las diez de la mañana, pero Mag- gie y Jorge Villacampa abren la puerta de su casa con una son- risa que pone calor a una jorna- da de vuelta a la normalidad tras las vacaciones de Navidad. En el Pazo de Reirís hace horas que ya amaneció. Los operarios arreglan el jardín y este matrimonio cuba- no afincado en Miami ya despi- dió bien temprano a sus hijos. El chico regresó a Estados Unidos y la hija, a Londres. Este martes les tocará a ellos despedirse de su refugio de Caldas de Reis, un pazo del siglo XIX del que se ena- moraron hace dos años para con- vertirlo en su hogar tras más de un año en obras. Harán un viaje a La India antes de volver a Miami, donde ella trabaja como ejecuti- va de banca. Él, que ya está jubi- lado, vendrá con más frecuencia a lo largo del año. Antes de irse ya saben que echarán de menos este refugio al que llegaron en el 2021 cuan- do hicieron el Camino de San- tiago después de haberlo visto antes en fotografías. «Las cosas siempre pasan porque convie- nen. Habíamos visto una propie- dad en Cenlle, pero por circuns- tancias no se cerró la operación. El destino quería que viniése- mos a Reirís. Rechazaron la pri- mera oferta, pero envié una car- ta a los dueños para decirle que mantendría la esencia de la ca- sa», explica Maggie, sentada en el salón principal de un pazo que tiene 1,5 hectáreas de terreno y una vivienda para invitados con tres habitaciones, además de una capilla y dos cobertizos recon- vertidos en porches con cocina. El acuerdo de compra venta llegó a través de la agencia inmo- biliaria Lucas Fox. La propiedad estaba en el mercado por 750.000 euros y la oferta del matrimonio no era la única que estaba sobre la mesa. «Llevaba siete años vacía sin vivir nadie y había que hacer una gran reforma, estaba prácti- camente igual que en 1975», re- cuerda Maggie, que se puso ma- nos a la obra junto a Jorge para intentar reformar el pazo des- de Miami. «Hacíamos alguna ví- deo llamada con la constructo- ra y los profesionales que esta- ban trabajando y veníamos cada cuatro meses. Todo salió bien, no tuvimos ningún problema», aña- de Jorge Villacampa, que quiso que la reforma la llevasen tra- bajadores de la comarca: Aplus Constructores, de Caldas; Sola-
1 Jorge y Maggie Villacampa, en el salón principal del Pazo de Reirís, que acaban de reformar. 2 Exterior del pazo, que tiene una extensión de terreno de 1,5 hectáreas. 3 En la reforma, se construyó una piscina en la zona del jardín al que dan la casa de invitados y la principal.
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4 La propiedad cuenta
con hasta tres porches habilitados para reuniones familiares y de amigos
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so Energías renovables, de Cun- tis; I+M Instalaciones Eléctricas, de Vilagarcía; Espiñeiro Mate- rial de Construcción, de Taboa- dela, en Ourense, al igual que el arquitecto Eduardo Lotario Va- lles. «No tengo como agradecer el trato que tuvimos durante to- do el proceso», apunta la dueña de una vivienda que estos días tuvo a una veintena de invitados para pasar las fiestas. Antes de desembarcar en Ga- licia, a Jorge le seducía tener una propiedad en Madrid, pero Mag- gie quería algo con terreno. Ade- más de su casa de Miami, esta pa- reja cuenta con una vivienda en la playa en la isla de Sanibel, en Florida. La pandemia les abrió los
ojos a Europa y a una tierra en la que habían crecido los abue- los de Maggie. Dos de ellos eran gallegos, otro aragonés y una ma- drileña. Tiene sangre de españo- les emigrados a Cuba, de don- de su familia partió hacia Esta- dos Unidos antes de la revolu- ción de 1953. De Cuba a Miami Ella nació circunstancialmente en la isla caribeña en una visita que su madre hizo a la familia, mientras Jorge creció hasta los 15 años en Sancti Spíritus y salió de Cuba en los primeros años de la década de los sesenta en el marco de la operación Peter Pan, por la que emigraron muchos críos sin
sus familias por un acuerdo entre el Gobierno americano y la igle- sia católica. «Somos un matrimo- nio firme a sus raíces, los cubanos nunca perdemos nuestra identi- dad e inculcamos a nuestros hi- jos esa esencia», apunta Maggie, mientras enseña cómo ha que- dado una casa en la que todavía se siente la Navidad. «Hicimos mucha obra y parte del mobilia- rio lo enviamos en dos contene- dores desde Estados Unidos, el resto es todo de aquí». Esa defensa de sus orígenes los devuelve ahora a Galicia y los conecta con sus antepasados. «Siento que estuve en esta casa toda la vida», señala ella en las primeras vacaciones en el pazo.
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