Nómadas del conocimiento en contextos pedagógicos emergentes

Conclusiones Un elemento común a los casos estudiados es que la disrupción surge en un contexto de necesidades específicas y tiene su origen en el propio centro educativo. No son proyectos impulsados directamente por la administración educativa. Buscan contribuir a resolver fenómenos como la competencia digital, la violencia machista, el abandono escolar o la marginalidad. En todos ellos existe una implicación directa de uno o varios docentes que sienten la responsabilidad de mejorar una situación educativa y ponen en marcha diversas acciones intra y extra-curriculares, académicas y sociales, con una significativa participación de estudiantes y de familias. Aprendizaje-Servicio (ApS) es un concepto que también aparece en todos los casos. El ApS es una estrategia de enseñanza-aprendizaje que trata de integrar servicios a la comunidad dentro del currículo . Se han encontrado evidencias de cómo la participación en ApS está asociado con una mejora en la autoestima, las actitudes hacia la escuela y el aprendizaje, el compromiso cívico, las habilidades sociales y el rendimiento académico (Celio, Durlak, y Dymnicki, 2011). En cualquier experiencia ApS están presentes cuatro elementos fundamentales (4 Rs): realidad, reflexión, reciprocidad y responsabilidad (Yorio & Ye, 2012). El desarrollo de un ApS consta de cinco fases: (a) investigación; (b) preparación y planificación; (c) acción; (d) reflexión; y (e) demostración (Kaye & Connolly, 2017). En los casos analizados se encuentra una vinculación con la comunidad y la concepción del aprendizaje desde un perspectiva más relacional e interactiva. Existe una tendencia a mantener las actividades fuera de lo «institucional» para que no se «contaminen». Si estas prácticas se hacen «curriculares» pierden todo su sentido y su atractivo. Se observa una cierta ausencia de «intencionalidad educativa» en el sentido de que se disuelve el rol docente dentro del colectivo. Se observa un liderazgo distribuido y el conocimiento se genera y comparte desde fuentes diversas (no existe un «experto» que va por delante y «enseña» a los demás). Lo curricular lleva aparajedo la «rendición de cuentas», es decir, la obligación de cumplir determinados objetivos, desarrollar unos procesos específicos, evaluar los resultados y ser susceptible de inspección. En uno de los casos fue necesario mantener una reunión con una inspectora educativa para obtener el visto bueno tras el convencimiento de que la actividad disruptiva desarrolla competencias curriculares y cumple los requisitos administrativos. Pero

Nómadas del conocimiento en contextos pedagógicos emergentes Fundación COTEC para la Innovación (#PIA2017)

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