Nómadas del conocimiento en contextos pedagógicos emergentes

dispongan de un contexto en el que puedan participar en el análisis, comprensión y expresión de las disrupciones que están teniendo lugar en sus centros educativos. El sistema educativo debe ser estudiado como un sistema global e interdependiente que va desde la Educación Infantil a la Educación Superior y en el que todos los docentes de cualquier nivel debe tener la oportunidad de participar como investigadores de la compleja realidad educativa. Establecer otro tipo de dinámicas que elimine las barreras que existen entre los diferentes niveles educativos. La comunicación y la transferencia es un factor muy relevante en este tipo de prácticas disruptivas. Las tecnologías digitales y, especialmente, las redes sociales e Internet actúan como herramientas muy eficaces para la divulgación. Hay que evitar que las prácticas queden ocultas para la comunidad educativa y para la ciudadanía en general. La apertura de los centros para mostrar qué hacen cuando innovan y explicar por qué lo hacen es un factor muy importante para consolidar la disrupción y ampliar sus efectos. Suele existir una auto-percepción del profesorado disruptivo de que el valor que puede tener su práctica innovadora es limitada, que el grado de novedad es escaso o que el impacto sobre el aprendizaje no puede ser establecido. Existe pudor por enseñar lo que se hace y una baja auto-estima profesional que debe ser superada. Debe potenciarse la creatividad para repensar la forma de hacer las cosas. La evaluación se convierte en un elemento curricular que dificulta la puesta en práctica de la disrupción. Cuando este elemento no tiene protagonismo en el proceso de aprendizaje, porque la actividad es libre e independiente del currículo oficial, el docente se siente con mayor capacidad de acción y liberado de unos procedimientos complejos, poco eficaces y tediosos. No obstante, la evaluación está presente pero con otros atributos: es colectiva, no individual; está ligada a procesos de colaboración, no es competitiva; se basa en la valoración del resultado final como proyecto de equipo. Los estudiantes que participan en estas actividades no perciben el éxito y el fracaso como un resultado individual sino del grupo. Se tolera mejor el error, cuando no está ligado a una penalización personal, sino que se percibe como un reto que hay que superar con la ayuda de los demás. Los docentes tienen una importante carga de trabajo vinculada con la evaluación y una gran cantidad de tiempo se tiene que dedicar a tareas más administrativas que pedagógicas.

Nómadas del conocimiento en contextos pedagógicos emergentes Fundación COTEC para la Innovación (#PIA2017)

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