ai nsfi omr emt raídaoi nt ae nv it toa pb lreo by l ée tmi cáat idceo lcaorme loa ci ni óenv ittearbal pe émuet ni ctae vpueer ltvuer beal dc oo nr speanrtai me li e n t o pmai cs i pe nr ot ep. i Co os np uv ni sttoass cai epgroost ei ng ec or nl as ccioennftiedse, nl ec si ahl ied pa de ddi ed omai st rpeasc ci eonl et eg sa sy qc uo er rleegainr cuidadosamente y aprueben este material, con esto en mente". ● Ei l uj esmt rpa lcoi o4n: e“ sP ca lrí an ipc raos t ue gs ae dr al as cpoanr af i de es tnec idaol icduamd ednet ommi s epha ec i be an st ea sd, oe en nl aasm a l g a m a s di net rvoadr iuocsi rpua nc i ef anctteosr, teaxnt et or npor oe pn i os us sc oa nmáol i sdies , mn ios lseus pheer vpiesda iddoos .pPe ar rma i se ov iat anr i n g u n o de ellos”. ● Emj oe mt i vpol os y5 :p o“ Cs irbeloe sq uc oenl fal itcrtaonssdpea ri ne nt ecri éa sdeesl pe ss ei cnocai anlael ins tuancao nr erl ae cs ipóenc t o a s u s pp soisciobai lni da al ídt i cdae aquuteé ne tsiccrai .bPaosrolbor teaenltl oo ,s syi emmipdreesde ios cduet oe ncroi nq ume icse pr al ac ilei tnetreast ul ar a ce os tne l do oqcuuemheenat op rheanldeiíddoo dyeanpur oe bs tardaol aebl omr aetne rcioa nl ij nu cnltuoi.dCoaadqaupí "a.c i e n t e c i t a d o e n Si bien en las perspectivas imaginadas planteadas, hay actitudes distintas hacia la idea del "consentimiento informado", podemos suponer que todos los psicoanalistas reconocerían su complejidad. Si bien en la mayoría de las profesiones el requerimiento ético del consentimiento informado es relativamente simple, en el psicoanálisis no lo es en absoluto. El descubrimiento de Freud de la resistencia inconsciente, el hecho de que los pacientes se oponen inconscientemente al tratamiento y a la mejoría, y su conclusión de que la resistencia debía ser identificada, comprendida y procesada, y no reprendida, implicó un cambio de paradigma en su modelo terapéutico. El objeto de la indagación psicoanalítica, el inconsciente, complica cualquier idea del consentimiento informado dentro del campo transferencial. Ni el paciente ni el psicoanalista pueden tener consciencia inmediata de todos los motivos inconscientes que impulsan el permiso para compartir material clínico, y ninguno de ellos puede predecir los impactos futuros après-coup de esta decisión. Existe, por lo tanto, una incertidumbre ética inherente sobre el consentimiento informado en el psicoanálisis, dada la posibilidad siempre parcial de conocer la transferencia y contratransferencia. Sabemos que los pacientes pueden dar su permiso para compartir material clínico y aun así sentir que el analista ha violado su confianza, con consecuencias potencialmente graves para su tratamiento. Tal como se menciona arriba (ver 2.7), dejada aparte la opción de no compartir ningún material clínico, cada alternativa a disposición del psicoanalista conlleva sus limitaciones y riesgos. No es razonable pretender que un analista siempre podrá detectar o predecir correctamente las reacciones de un paciente cuando se comparte su información (Anónimo, 2013; Aron, 2000; Brendel, 2003; “Carter”, 2003; Kantrowitz, 2004, 2005a, 2005b, 2006;
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