EH3893 TAMPS 13JUN2025 WA

ESCENA/39

el horizonte

Fin de semana del 13 al 15 de junio de 2025

¡VA POR MÉXICO! TRADUCIRÁN SU OBRA AL MAYA Los poemas del escritor español Federico García Lorca ahora podrán leerse en la lengua indígena, gracias a la hermandad de su pueblo natal y Ticul, Yucatán

pueblo natal de Federico García Lorca, José Manuel Molino Al- berto. Este acto tendrá una segunda parte porque el municipio mexi- cano de Ticul, en Yucatán, ha anunciado que Molino Alberto y el poeta fuenterino Ramón Martí- nez recibirán la misma distinción. Además, los dos municipios formalizarán su hermanamien- to para desarrollar un proyecto en común, como la creación de un Premio Internacional de Poe- sía o el impulso cultural y turísti- co entre ambas localidades. “Además, y gracias a este acuerdo, hoy podemos anunciar

que iniciamos los trámites para traducir la obra de Federico Gar- cía Lorca, nuestro poeta más uni- versal, al idioma maya, una len- gua indígena”, ha anunciado el alcalde de Fuente Vaqueros. Molino ha agradecido la apuesta del alcalde de Ticul y de la presidenta del Congreso de Yu- catán por esta colaboración y ha destacado las posibilidades de este puente cultural. “Abre una gran oportunidad para dar a conocer la obra de Fe- derico en México como símbolo de transformación social, liber- tad y defensa de los derechos hu- manos”, destacó el regidor.

REDACCIÓN El Horizonte E

l Ayuntamiento de Fuen- te Vaqueros (Granada) ha nombrado Hijo Adop- tivo y Visitante Ilustre al poeta mexicano Alejan- dro Rejón y se hermana-

rá con la ciudad de Ticul en Yu- catán, lo que servirá para traducir por primera vez la obra de Federi- co García Lorca, autor de Yerma, al maya, una lengua indígena. Rejón recibió el título de Hijo Adoptivo y Visitante Ilustre de Fuente Vaqueros en un emotivo acto presidido por el alcalde del

DURANTE LA DISTINCIÓN El poeta mexicano fue nombrado Hijo Adoptivo y Visitante Ilustre, en Granada, España

Siguiendo al Papa El Papa León XIV: Para ir a Jesús y dejarse curar, Bartimeo debe exponerse a él en toda su vulnerabili- dad. Este es el paso fundamental para todo camino de curación. Incluso la pregunta que Jesús le hace parece extraña: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Pero, en realidad, no es obvio que queramos curarnos de nuestras enfermedades; a veces preferimos quedarnos quietos para no asumir responsabilidades. POR ANAM CARA

to para defendernos y que, en cambio, nos impide caminar. Para ir a Jesús y dejarse curar, Bartimeo debe exponerse a Él en toda su vulnerabilidad. Este es el paso fundamental para todo camino de curación. Incluso la pregunta que Jesús le hace pa- rece extraña: “¿Qué quieres que haga por ti?”. Pero, en realidad, no es obvio que queramos curarnos de nuestras enfermedades; a ve ces preferimos quedarnos quie- tos para no asumir responsabili- dades. La respuesta de Bartimeo es profunda: utiliza el verbo anablepein, que puede significar “ver de nuevo”, pero que tam- bién podríamos traducir como “levantar la mirada”. Bartimeo, de hecho, no sólo quiere volver a ver, ¡también quiere recuperar su dignidad! Para mirar hacia arriba, hay que levantar la cabeza. A veces las personas se blo- quean porque la vida las ha hu- millado y solo desean recuperar su propio valor. Lo que salva a Bartimeo, y a cada uno de nosotros, es la fe. Jesús nos cura para que poda- mos ser libres.

piedad de mí, que soy pecador”. Bartimeo es ciego, ¡pero paradójicamente ve mejor que los demás y reconoce quién es Jesús! Ante su grito, Jesús se de- tiene y lo llama (cf. v. 49), porque no hay ningún grito que Dios no escuche, incluso cuando no so- mos conscientes de dirigirnos a Él (cf. Éx2,23). Parece extraño que, ante un ciego, Jesús no se acerque inme- diatamente a él; pero, si lo pen samos bien, es la forma de reac- tivar la vida de Bartimeo: lo em- puja a levantarse, confía en su posibilidad de caminar. Ese hombre puede ponerse de pie, puede resucitar de sus situ- aciones de muerte. Pero para hacer esto debe realizar un ges- to muy significativo: ¡debe arro- jar su manto! (cf. v. 50) Para un mendigo, el manto lo es todo: es la seguridad, es la casa, es la defensa que lo protege. Incluso la ley tutelaba el manto del men- digo y obligaba a devolverlo por la tarde, si había sido tomado en prenda (cf. Ex 22,25). Sin embargo, muchas veces lo que nos bloquea son precisa- mente nuestras aparentes segu ridades, lo que nos hemos pues-

Del 6 al 12 de junio del 2025

AUDIENCIA GENERAL.- Q aspecto esencial de la vida de Jesús, esto es, a sus curaciones. El personaje que nos acompaña en esta reflexión: Se trata de Bar- timeo, un hombre ciego y mendi- go, que Jesús encontró en Jericó (cf. Mc 10,40-52). El lugar es significativo: Jesús se dirige a Jerusalén, pero co- mienza su viaje, por así decir- lo, desde los “infiernos” de Jericó, ciudad que se encuentra por bajo del nivel del mar. De hecho, Jesús, con su muerte, fue a recuperar a ese Adán que cayó y que nos represen- ueridos hermanos y her- manas: quisiera dirigir nuestras miradas a otro

tuación que parece sin salida? Bartimeo nos enseña a apelar a los recursos que llevamos dentro y que forman parte de nosotros. Él es un mendigo, sabe pedir, es más, ¡puede gritar! Si realmente deseas algo, haz todo lo posible por conseguirlo, incluso cuando los demás te reprenden, te hu- millan y te dicen que lo dejes. Si realmente lo deseas, ¡sigue gri- tando! El grito de Bartimeo, relata- do en el Evangelio de Marcos — "¡Hijo de David, Jesús, ten piedad de mí!" (v. 47)— se ha convertido en una oración muy conocida en la tradición oriental, que también nosotros podemos utilizar: “Se- ñor Jesucristo, Hijo de Dios, ten

ta a cada uno de nosotros. Bar- timeo significa “hijo de Timeo”: describe a ese hombre a través de una relación; sin embargo, él está dramáticamente solo. Y dado que el nombre es tan im- portante en la cultura judía, sig- nifica que Bartimeo no consigue vivir lo que está llamado a ser. Además, a diferencia del gran movimiento de personas que camina detrás de Jesús, Bar- timeo permanece inmóvil. El evangelista dice que está sentado al borde del camino, por lo que necesita que alguien lo le- vante y lo ayude a seguir cami- nando. ¿Qué podemos hacer cuan- do nos encontramos en una si-

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