Los desafíos para el futuro de la FP en España
España presenta una baja proporción de matriculados en programas de Formación Profesional (el 12% de los jóvenes entre 15 y 19 años, frente al 25% de media de la OCDE) a pesar de que la demanda es clara: el 40,3% de las ofertas laborales de 2018 estaban dirigidas a perfiles con titulación de Formación Profesional. Así mismo, para 2030, las proyecciones del Centro Europeo para el Desarrollo de la Formación Profesional muestran que los nuevos puestos de trabajo que se generen en España requerirán un 65% de profesionales con cualificaciones medias (Cedefop, EU, 2018). Partiendo de este marco, el Gobierno de España lanzó en julio de 2020 el Plan de modernización de la Formación Profesional , que pretende, a través de la colaboración público-privada, garantizar una formación y cualificación profesional que facilite la incorporación y la permanencia de la población en el mercado laboral. El objetivo es dar respuesta a la creciente demanda de puestos de trabajo que requieren cualificación intermedia, modernizar la oferta de titulaciones e impulsar el emprendimiento y la innovación como ejes transversales de la formación profesional. Dentro de este contexto económico, social y político, Bankia y Telefónica, Miembros de la Fundación Cotec, a través de sus respectivas fundaciones, y contando con el apoyo de Fundación CEOE, se han aliado para generar un impacto transformador en la Formación Profesional, apostando por la introducción de metodologías pedagógicas innovadoras, con la digitalización como eje fundamental. Con ese objetivo se creó el grupo de trabajo Digitalización y transformación: el camino a la innovación de la Formación Profesional en España , abierto a la participación de los Miembros de Cotec, y que contó en su diseño, moderación y facilitación con expertos en
innovación educativa de Escuela21. Durante su desarrollo, se llevaron a cabo tres encuentros en formato online con una estructura dividida en tres secciones o momentos: el análisis de la situación, acciones para la mejora y el colaboratorio, donde no solo se buscaba compartir ideas o presentar opiniones, sino que estaba dirigido a generar conocimiento a través de un proceso de cooperación. Dicho proceso estaba basado en la reflexión, el trabajo y la construcción colectiva, transfiriendo así el conocimiento individual, y aterrizando las propuestas y líneas de acción de las instituciones para la generación de nuevo conocimiento desde lo compartido. Uno de los puntos de partida de dicha iniciativa se basó en un análisis del marco de actuación para definir, a partir de ahí, actividades específicas que favorezcan y mejoren la relación entre el mundo productivo y el sistema educativo, promuevan procesos de innovación en dichos ámbitos, y contribuyan a convertir la Formación Profesional en uno de los “motores en el crecimiento económico y social” (MEFP, 2020). El desarrollo de las sesiones fue, por tanto, más allá de los retos de la Formación Profesional en España, apoyándose en un proceso sistemático y organizado, desde las reflexiones a la práctica, integrando las percepciones, experiencias y conclusiones, para compartirlas después en abierto.
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