l ESPECIAL ANUARIO EL ECONÓMICO 10
ECONOMÍA
Optimismo contenido
transición hacia la sostenibilidad no consiste en elegir entre crecimiento o límites, sino en rediseñar las reglas del juego para que el desarrollo sea compatible con la regeneración de los recursos y la calidad de vida. Keynes nos enseñó a no temer al futuro y a confiar en la capacidad humana para reinventarse. Malthus, por su parte, nos recordó que los recursos no son ilimitados y que la sostenibilidad requiere planificación y equilibrio. La cuestión es: ¿cómo conjugar estas dos visiones para garantizar un futuro próspero y sos- tenible? Si Keynes sustentó su optimismo en la capacidad de una economía de contener el crecimiento demográfico, apoyarse en el progreso científico y evitar los conflictos sociales, en
huella ecológica.
sistema fiscal sea progresivo y que las medidas fiscales dirigidas a la soste- nibilidad no agraven las desigualda- des económicas. Para ello, es funda- mental que la carga impositiva sea distribuida de manera equitativa y que los ingresos obtenidos se rein- viertan en infraestructuras verdes, innovación y educación, para promo- ver una transición justa y generadora de empleo de calidad. Además, la digitalización puede convertirse en una herramienta deci- siva para optimizar el uso de los recursos. Sistemas de gestión de datos y plataformas de inteligencia artificial deben permitir una planifi- cación más eficiente del turismo y ayudar a distribuir mejor los flujos de visitantes y a reducir la presión en zonas vulnerables. Ejemplos como el uso de big data en ciudades como Barcelona o Venecia demuestran que la tecnología puede contribuir a una mejor gobernanza. No obstante, a pesar de los avan- ces y de los ejemplos de éxito, la transición hacia una economía más sostenible sigue encontrando obstá- culos significativos. No es solo una cuestión de recursos o de conoci- miento técnico, sino de confianza en las políticas públicas para liderar la transición con eficacia y determina- ción. Es fundamental fortalecer la cooperación entre el sector público,
• Córcega ha avanzado en la protección de su biodiversidad sin renunciar a un desarrollo económico basado en la diferenciación y el valor añadido. • Noruega ha implementado con éxito una gestión de sus recursos naturales basada en la fiscalidad ver- de y ha utilizado su fondo soberano para garantizar un desarrollo econó- mico sostenible. • Alemania, a través de su estra- tegia de transición energética Ener-
ANTONI RIERA CATEDRÁTICO DE LA UIB Y DTOR . DE IMPULSA BALEARS
Keynes, entre otras cosas, enseñó a los economistas a introducir el opti- mismo en la reflexión económica, justo cuando el mundo estaba sumi- do en una depresión sin precedentes. No en vano se mostró confiado en ‘las posibilidades económicas de nuestros nietos’. No siempre había sido así. Malthus, por ejemplo, soste- nía que, a pesar de los tiempos de bonanza que le tocó vivir, el equili- brio natural de cualquier economía era el de la pobreza permanente, impulsado por el ajuste demográfico. Tanto el uno como el otro compar- tían su preocupación por la evolu- ción del nivel de vida de la pobla- ción, pero mientras que el primero confiaba en que el esfuerzo y el buen hacer permitirían sortear restriccio- nes y limitaciones y mejorar el bie- nestar social, el segundo desconfiaba de las ganancias inmediatas y se mostraba convencido de que era pre- ciso introducir restricciones y limita- ciones para evitar la erosión irrever- sible del bienestar. Hoy, en Balears, ambas perspecti- vas conviven. Mientras algunos con- fían en la innovación, la diversifica- ción y el conocimiento para elevar el bienestar y romper con la dependen- cia de esquemas de producción y consumo agotados, otros advierten sobre los límites del crecimiento, el impacto del turismo y la necesidad de imponer restricciones para evitar una mayor degradación social y ambiental. En esta tensión entre optimismo y prudencia, entre expansión y conten- ción, se define el presente y el futuro de Balears. La clave no está en optar
Es imprescindible avanzar en el diseño de políticas fiscales y regulatorias que
incentiven la sostenibilidad
La pregunta clave es saber si Balears será capaz de evolucionar hacia una economía más resiliente y sostenible Entre optimismo y prudencia, entre expansión y contención, se define el presente y el futuro de Balears
giewende, ha logrado una drástica reducción en el uso de combustibles fósiles, desde el impulso de energías renovables y la creación de empleo en sectores innovadores. • Japón ha desarrollado una economía circular en el sector manu- facturero, gracias a la optimización del reciclaje y la reutilización de materiales a gran escala y la reduc- ción de su dependencia de recursos importados. Estos ejemplos muestran que no se trata de elegir entre crecimiento o límites, sino de redefinir los procesos productivos con políticas que favo- rezcan la eficiencia de recursos, la circularidad y la diversificación. La respuesta a estos desafíos depende de una quinta capacidad: la adaptación de los actores regionales a los nuevos retos, desde la digitaliza- ción hasta la transición energética. Y es que es preciso entender que el progreso económico no es estático ni lineal, sino que depende de múltiples factores: la innovación, la regulación adecuada y la gobernanza efectiva. En este sentido, resulta imprescin- dible avanzar en el diseño de políti- cas fiscales y regulatorias que incen- tiven la transición hacia la sostenibi- lidad. La fiscalidad no solo debe ver- se como una herramienta de recau- dación, sino como un mecanismo de incentivo para corregir externalida- des negativas. La implementación de impuestos verdes sobre actividades contaminantes podría servir para reflejar el verdadero coste ambiental de ciertos sectores y promover un cambio hacia prácticas más sosteni- bles. Asimismo, es importante que el
Si algo nos enseña la historia económica es que la innovación y la regulación no son opuestos, sino aliados
Balears la receta keynesiana debería incluir, además, la capacidad de pre- servar las disponibilidades de recur- sos naturales o, en otras palabras, de respetar la finitud del territorio y preservar la integridad del aire y la diversidad de flora y fauna. Combinar estas cuatro capacidades resulta esencial para abordar los retos actuales de Balears. La pregunta clave es si Balears será capaz de evolucio- nar hacia una economía más resilien- te y sostenible, donde el crecimiento no implique necesariamente una mayor presión sobre el territorio y la sociedad. Existen ejemplos que demuestran que es posible: • Costa Rica ha avanzado en la descarbonización de su economía mediante una combinación de políti- cas ambientales, incentivos a la inno- vación y regulación efectiva del uso del suelo. • Ámsterdam ha aplicado estra- tegias de turismo regenerativo, al limitar el impacto del sobreturismo y promover pautas de visita de menor
el privado y la sociedad civil, para garantizar que los acuerdos y regula- ciones sean efectivamente implemen- tados y monitoreados. Si algo nos enseña la historia eco- nómica es que la innovación y la regulación no son opuestos, sino aliados en la construcción de nuevos equilibrios. La transformación de Balears requiere una gobernanza capaz de articular soluciones con visión de largo plazo, evitando caer en la inercia del corto plazo. Si se hace bien, un buen resultado es posible, sobre todo si se refuerza, como decía Keynes, la confianza en el buen hacer. Esta confianza es posi- blemente la principal restricción que a día de hoy impide transitar hacia escenarios más sostenibles y resilien- tes y, en definitiva, de mayor prospe- ridad. Debemos en esta cuestión ser más exigentes con la política. ●
Keynes, entre otras cosas, enseñó a los economistas a introducir el optimismo en la reflexión económica
por una u otra visión de forma exclu- yente, sino en articular un enfoque sistémico capaz de reconocer la interdependencia de los factores eco- nómicos, sociales y ambientales. La
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