2. Pídele a Dios que use el evangelio para transformar tus deseos, pensamientos, decisiones y acciones. Pídele que remueva tu culpa, el temor, o la vergüenza que han motivado tus deseos, pensamientos, decisiones y acciones. 3. Anota las maneras en las cuales estás agradecido por la gracia de Dios en tu vida y específicamente cómo Él ha transformado tu identidad. Dale gracias por tu identidad en Cristo y ora por su gracia para vivir de ella cada día. 4. Contáctate con un amigo leal o un familiar cristiano y compártele tu deseo de ser transformado en pensamiento, palabra y acción. Pídele que te responsabilice por vivir el evangelio en áreas específicas. Juntos, definan qué significa vivir el evangelio en tu vida y organicen encuentros regulares para conversar sobre la obra transformadora del Señor. Confiesen mutuamente sus pecados y oren el uno por el otro. Escudríñame, Oh Dios Para introspección durante la próxima semana. ¿Qué partes ocultas en tu vida privada aún no has rendido al Señor y necesitas confesarle? ¿Existe algún pecado que esté contaminando tus deseos, pensamientos, decisiones o acciones diarias? ¿Estás confesando ese pecado regularmente al Señor y manteniendo cuentas cortas con Él? ¿A quién estás invitando a tu vida para ayudarte a caminar por el camino angosto del Señor? ¿Cómo te ha ayudado el Espíritu Santo a descubrir áreas donde no has permitido que el evangelio transforme? ¿De qué maneras estás fallando en desarrollar una actitud de gratitud hacia las riquezas de la gracia que el Señor te ha dado? ¿Qué hábitos, pensamientos, motivaciones, palabras o decisiones necesitan cambiar para mostrar con mayor claridad que el evangelio está actuando poderosamente en tu vida? Para saber más, lee Nuevas Misericordias Cada Mañana: 365 Reflexiones Para Recordarte el Evangelio Todos los Días , escrito por Paul Tripp.
Sesión 2
LÍDERES GLOBALES DEL EVANGELIO
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