Revista Vivienda Infonavit Año 5, Num 1 (Junio 2021)

DistritoTec: un modelo de redensificación en Monterrey, México

Antecedentes y problemática urbana En las últimas décadas, el aumentode la poblaciónmun- dial y lamigración hacia las ciudades ha provocado una mayor demanda de espacio, al tiempo que continúa el crecimiento del territorio ocupado. Entre 1950 y 2020, la población en elmundo se triplicó, mientras que en las ciudades se multiplicó 5.8 veces (Organización de las Naciones Unidas [ONU], 2021). El crecimiento de las ciudades se presenta en tres formas principales, según su densidad: ► Demanera vertical. ► Ocupando el espacio o terreno libre entre los edificios. ► Expandiendo la huella urbana hacia la periferia. Las dos primeras, que suceden dentro de los límites existentes de la ciudad, aumentan la densidad, mientras que la tercera la reduce, generando expansión urbana (Angel et al., 2021). Las ciudades latinoamericanas han presentado un crecimiento distinto al de las ciudades europeas. La urbanización se ha dado de formamás acelerada y cons- tantemente desvinculada de políticas públicas que la dirijan. A ello se suman una industrialización tardía, mayores tasas de crecimiento poblacional por migra- ción y por crecimiento interno, así como transiciones económicas en el siglo XX. En el caso específico deMéxico, la gestión del suelo se vio impactada por las reformas constitucionales y diversas leyes emitidas en la década de 1990. Por un lado, se aprobó la reforma agraria que hizo posible el fraccionamiento, la compra y la venta de terrenos previamente ejidales. Por el otro, las instituciones de vivienda, que hasta entonces habían coordinado el pro- ceso completo en la materia, pasaron a ser, en general, instituciones de financiamiento. Para tener un mayor contexto, en la actualidad México cuenta con una población mayoritariamente urbana. En el 2020 representaba 79 % de la población total; de la cual, 37 % se concentraba en 10 zonas metro- politanas, siendo la deMonterrey la segundamás grande en población, con 5.3millones de habitantes, después de la del Valle de México, con 21.8 millones de habitantes (Instituto Nacional de Estadística y Geografía [Inegi], 2021; Inegi, 2021b). La ciudad de Monterrey ha seguido un proceso de expansión con migración residencial a la periferia y

pérdida de población y comercios en zonas centrales. En 35 años, de acuerdo con los datos de 2015, la zona metropolitanamultiplicó su territoriomás de ocho veces y redujo la densidad de población a una cuarta parte (Secretaría de Desarrollo Sustentable, 2020). Durante la última década, el crecimiento de población ocurrió en 10municipios ubicados en la periferia de la zonametro- politana (Inegi, 2021b). En años recientes han surgido políticas públicas federales como los Perímetros de Contención Urbana, que buscan contener la expansión y orientar los sub- sidios a la vivienda y su desarrollo hacia zonas mejor abastecidas de servicios y empleos. Sin embargo, las reservas territoriales en el país se han concentrado en mayor medida en las periferias e, incluso, fuera de estos perímetros de contención. Por ejemplo, Nuevo León es el estado con mayor cantidad de reservas territoriales para vivienda, con cerca de 30000 hectáreas, pero la mitad de ellas se encuentra fuera de los perímetros de contención (Davis, 2016). El desarrollo periférico, en conjunto con la baja den- sidad poblacional, han incidido en el envejecimiento y la pérdida de población en las zonas centrales de la ciudad. Nuevo León es el estado con mayor migración interna entre sus municipios; en la última década, los munici- pios centrales de Monterrey, Guadalupe y San Nicolás de los Garza perdieron más de 130000 habitantes que migraron a otros municipios del estado (Inegi, 2021b). La dispersión del territorio presenta retos para las y los diferentes actores. Por un lado, los gobiernos deben proveer servicios y equipamiento en una extensión cada vezmayor y dispar respecto del crecimiento de la pobla- ción, lo que se vuelve más costoso e ineficiente. Por el otro, las zonas centrales que concentran equipamiento y servicios existentes pierden población, y las distancias para llegar a ellas aumentan. Las instituciones educativas, y en particular las uni- versidades, son uno de estos equipamientos. Aquellas que se encuentran en zonas centrales de la ciudad son un factor que puede impulsar el desarrollo del entorno en el que se sitúan, pues son centros de actividad y atractores de población. Por sus características de inmovilidad espa- cial, propósito sin fines de lucro, gran tamaño y misión social, suelen ser instituciones ancla que participan en la resolución de los problemas urbanos de su contexto (Taylor y Luter, 2013).

POR SHEILA FERNIZA QUIROZ a Y CAROLINA VILLARREAL LEOS b

a La autora es arquitecta por el Tecnológico de Monterrey. Es líder de Diseño de Entornos Urbanos en el TEC campus Monterrey, México. Puede ser contactada en el correo: sheilaferniza@tec.mx b La autora es arquitecta por la Universidad Autónoma de Nuevo León. Se desempeña como coordinadora de Diseño y Análisis Urbano en el TEC campus Monte- rrey, México. Puede ser contactada en el correo: caroleos@tec.mx En 2014, el Tecnológico de Monterrey comenzó una iniciativa de regeneración urbana llamada DistritoTec, con el objetivo de revitalizar y regenerar 452 hectáreas al sur de la ciudad de Monterrey y alrededor de uno de sus campus. Para conocer la efectividad de esta intervención, se emplearon los datos de los Censos de Población y Vivienda 2000, 2010 y 2020 del Inegi, trazando el perfil de cambio del polígono de intervención. Los resultados del último censo indican que el declive poblacional y de unidades económicas no solamente se revirtió, sino que la zona está ganando población.

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