Revista Vivienda Infonavit Año 5, Num 1 (Junio 2021)

sistema financiero, pues resuelve la falta de recursos de crédito con el ahorro familiar para construir laviviendade formaprogresiva. Sinembargo, paraque el proceso se inicie, las y los interesados deben enfrentar múltiples dificultades para acceder al suelo, ya que este está sujeto a las condiciones especulativas del mercado inmobiliario formal, mismas que resultan inaccesibles para los reducidos recursos con los que cuentan las familias. Además, respecto de la construcción de la vivienda, existe la imposibilidad de resolver la localización demanera progresiva. Entonces, ¿cómo resuelven estas familias el paso indispensable previo a la cons- trucción de su vivienda? Es necesario identificar, primero, a dos grupos sociales con características bien diferenciadas que se encuentran frente a la necesidad de definir el lugar en el que puedan establecerse: A. Migrantes Las familias o personas migrantes que han tomado la difícil decisión de abandonar su lugar de origen debido a las limitaciones que enfrentan para sobrevivir en elmedio rural; principalmente por falta de empleo y, en consecuencia, de ingreso. Enfrentan la atomizaciónde la propiedad rural y la carencia demedios para la producción, aunadas a la concentración de la propiedad rural en entidades empresariales que incorporan tecnologías y maquinaria para hacer más eficiente la producción y disminuir la necesidad de mano de obra. En tiempos recientes, a este grupo se han incorporado las personas desplazadas por el crimen organizado, quienes se ven obligadas a huir de sus hogares para salvar la vida. Este grupo, atraído por las supuestas ventajas que ofrece el medio urbano, intenta encontrar ubicación en las ciudades. En primera instancia, como allegados en vivien- das de parientes, compadres, amigos o paisanos, en tanto logran acomodarse y generar algún ingreso. En ocasiones, según el número de individuos y su grado de organización, pueden invadir un predio privado o ejidal, o acordar con el propietario del predio las condiciones de pago y el plazo para adquirirlo. Hay que señalar que, aunque la inten- sidad del proceso migratorio ha disminuido en lo que va de este siglo, todavía hay un flujo migratorio considerable que seguramente disminuirá aún más en el futuro próximo debido a la pandemia. B. “Desdoblados” Este calificativo se aplica coloquialmente a las parejas jóvenes constituidas por las y los hijos de familias residentes en las ciudades que vivenen la casa paterna, formandouna familia ampliada. Cuando el crecimientode la familia los obliga, buscanestablecersede forma independiente a partir de los escasos recursos económicos de los que disponen. Esta situaciónes lamás frecuente y responde a lapresióngeneradapor las altas tasas de crecimientodemográficoque sepresentaronenel país hacia las décadas de 1960a 1980. Las (limitadas) opciones para acceder al suelo Ambos grupos confluyenen la generaciónde lademandade suelopara iniciar el proceso de producción de su vivienda y se enfrentan a las siguientes opciones: 1. Habitar hacinados en la casa paterna, en espacios restringidos con limitado acceso a servicios, en condiciones de insalubridad y promiscuidad, que fre- cuentemente conducen a violencia y conductas delictivas que, sobre todo, afectan a las mujeres. 2. Rentar una vivienda precaria, un cuarto en una vivienda o la azotea de un edificio, en donde las condiciones de vida son semejantes a las anteriores y el pago no constituye una posibilidad para contar en el futuro con la propiedad de la vivienda. 3. Adquirir una vivienda en la periferia lejana, de superficiesmínimas (recordar aquellos fraccionamientos de “minicasitas” de 49metros cuadrados omenos), producida por una empresa desarrolladora dentro de un conjunto que carece de

los equipamientosmínimos. Puede ser adquirida mediante el otorgamiento de un crédito insti- tucional o bancario si las personas cuentan con un ingreso fijo para cubrir el pago de la hipoteca durante 20 o 30 años, al final de los cuales se les permitirá ejercer su pleno derecho de propie- dad. Esta solución, que es la mayoritaria en el mercado formal, queda definitivamente fuera del alcance del grupo social que nos preocupa. 4. Ocupar irregularmente un predio en la perife- ria lejana de las ciudades, ya sea de propiedad privada o social, con o sin autorización del pro- pietario, carente de infraestructura, servicios y equipamientos. Esta forma de acceso al suelo es la más frecuente, a pesar de estar rodeada de una serie de vicios que generan un altísimo costo social y están lejos de constituir una solución adecuada para los pobladores. Por la magnitud y complejidad del fenómeno con- viene intentar analizar a mayor profundidad la ocu- pación irregular del suelo, tanto a la propiedad privada como a la social. Ocupación irregular de la propiedad privada Ocurre cuandoungrupoorganizadode colonos, sincono- cimientoni autorizacióndel propietario, ocupaunpredio. Son los casosmenos frecuentes, que suelen terminar con el desalojo de los ocupantesmediante el uso de la fuerza pública o a través de una negociación con el propietario, donde los funcionarios municipales intervienen para lograr un acuerdo entre las partes. Esto implica un largo y conflictivo proceso en el que es común la aparición de actos de corrupción que involucran a líderes sociales, funcionarios públicos y propietarios del suelo. Una variante de esta situación es cuando el propieta- rio del suelo entra en connivencia con los ocupantes del mismo, simulando la invasión de una superficie que no cuenta con la certificación de uso del suelo para vivienda por tratarse de suelo clasificado como de conservación o estar destinado a otros usos en los planes o programas de desarrollo urbano correspondientes. Este escenario, en el que el verdadero promotor de la invasión aparece como víctima de una acción violenta, se resuelve final- mente a través de un proceso que conlleva los mismos vicios ya señalados arriba, y termina por legitimar una situación contraria a lo estipulado en los instrumentos de planeación aprobados. Ocupación irregular de la propiedad social (ejidal o comunal) Como es sabido, como resultado principal de la lucha revolucionaria, la Reforma Agraria —sustentada en la Constituciónde 1917—inicia unproceso que adquiere su máxima intensidad en la década de 1930. Dicha refor-

ma estuvo orientada a repartir la tierra confiscada a las grandes haciendas y latifundios entre campesinos con derechos a salvo, formando así los núcleos ejidales. Para proteger yasegurar lapropiedadde las y los ejidatarios, las tierras entregadas se declararon intransferibles, impres- criptibles e inembargables (artículo 27 constitucional). En general, estas dotaciones se ubicaron en torno de los cascos de las haciendas, distantes de los centros urbanos. A partir de la década de 1960, y con mayor intensi- dad hasta finales del siglo pasado, empezaron a confluir dos situaciones: por una parte, la imposibilidad de hacer productivos los ejidos dado el reducido tamaño de las parcelas, la falta de recursos para incorporar tecnología, y que, en la mayoría de los casos, se trató de tierra con precaria calidad agrícola, sin infraestructura de riego. Por otra parte, a partir de esamisma década inicia la llamada explosióndemográfica, donde las tasas de natalidad se mantuvieron altas y las de mortalidad descendieron aceleradamente gracias a los avances en la atención a la salud. Ello, sumado al intenso proceso de urbanización, generó un crecimiento poblacional que rebasó la capaci- dad de previsión de los gobiernos y desató el proceso de especulación con el suelo urbano. Ante la incapacidad para controlar el proceso, las autoridades municipales optaron por retirarse, aduciendo que se trataba de un tema federal para cuya atención no tenían atribuciones. Esta combinación marcó el inicio de la ocupación irregular de los ejidos, donde los ejidatarios que no podían obtener un ingreso por el cultivo de su tierra vieron la posibilidad de tenerlo al permitir la ocupación por parte de avecindados, a quienes les “vendieron” ilegalmente una fracción de su parcela, la que, debido a la expansión de las ciudades, ahora se ubicaba en su periferia. Por suparte, la creciente poblaciónque buscaba espa- cio en las ciudades se enfrentó al incremento del valor del suelo y a la ausencia de opciones para su asentamiento, descubriendo laposibilidadde “comprar” unpedazode tie- rra enunejidopara establecerse. El resultadode esta situa- ción fue la aparición, en prácticamente todas las grandes ymedianas ciudades del país, de extensas zonas cubiertas por viviendas precarias sin obedecer a una estructura mínimamente organizada, sin servicios ni equipamientos, transporte o espacios, públicos y recreativos. Laprimera reaccióndelEstadoanteestasituaciónocu- rre enel EstadodeMéxico en ladécadade 1970.Mediante laacciónconjuntadel entoncesDepartamentodeAsuntos Agrarios y Colonización (precursor de la Secretaría de la Reforma Agraria) y el Instituto de Acción Urbana e IntegraciónSocial (Auris) (creado por el gobierno estatal paraatender la crecienteproblemáticaurbana), se inicióel proceso expropiatoriodemiles dehectáreas ejidales en los municipiosmetropolitanos del Estado deMéxico, colin- dantes conel entoncesDistritoFederal, condos propósitos: regularizar la tenencia de la tierra enestas extensas zonas

La creciente población que

buscaba espacio en las ciudades se enfrentó al incremento del valor del suelo y a la ausencia de opciones para su asentamiento,

descubriendo la posibilidad de “comprar” un pedazo de tierra en un ejido para establecerse.

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