XI. CONCLUSIÓN
evitar tanto la concentración de estímulos en “campeones nacionales” como en la promoción de niveles de competencia irrestrictos. • Definir políticas e iniciativas de ciber-seguridad y privacidad: El acelera- miento de la digitalización, tanto del consumo como de procesos productivos, es en parte dependiente de la garantía proveniente de la protección de la privaci- dad y la ciberseguridad. La primera representa una palanca esencial no solo para la adopción de las tecnologías digitales, sino también su uso en aplicaciones de comercio y gobierno electrónico. La segunda juega un papel preponderante debi- do a la interconexión global y los riesgos que esta acarrea. En primer lugar, resulta crítica la implementación de iniciativas orientadas a garantizar la privacidad de ciudadanos, como lo son la protección de la privacidad e identidad de los usuarios de plataformas de Internet, la extensión de medidas orientadas a la protección de datos a todos los agentes del ecosistema digital; y la transparencia informativa en la utilización de buscadores. En lo que respecta a la ciber-seguridad, es funda- mental implementar estrategias centralizadas y coordinadas desde los aparatos estatales, como lo son la creación de consejos nacionales de ciber-seguridad, encargadas de promover la adopción de medidas específicas en los planes na- cionales, y la promoción para la adopción por parte de empresas del conjunto de prácticas, procesos y tecnologías digitales aplicadas a la gestión del riesgo de la ciber-seguridad. Este esfuerzo también requerirá la colaboración público-privada. • Aprovechamiento e inclusión energética: El avance hacia la digitalización del consumo y de los procesos productivos presenta un impacto directo en términos de la utilización de energía eléctrica. En primer lugar, el acceso a la elec- tricidad es un elemento básico para el desarrollo económico y el impulso de la digitalización. Para ello, es necesario contar con un sistema de generación sos- tenible a nivel económico y medioambiental y con una red eléctrica que permita el acceso generalizado al suministro. En particular, el sector eléctrico latinoame- ricano se enfrenta a dos principales desafíos relacionados con la transformación digital: 1) la universalización del suministro y 2) el incremento del consumo eléc- trico asociado al crecimiento económico. Respecto al acceso a la energía, de acuerdo al World Energy Outlook, la región todavía contiene 5 % de hogares sin acceso a servicio eléctrico mientras que el porcentaje se eleva a 15 % en el caso de hogares rurales, alcanzando más del 30% en Bolivia, Guatemala, Honduras, y Nicaragua. En este contexto, la digitali- zación puede cumplir un papel fundamental en facilitar la inclusión energética. Las tecnologías digitales contribuyen al despliegue de unidades de producción energética distribuida en aquellos lugares en donde no llega la red eléctrica. Esto tendría un impacto importante en los costos de infraestructura, en la me- dida en que permite operar micro-unidades de producción local. Por otra parte, el consumo por habitante ha incrementado a una tasa anual de 3,8% como resultado de crecimiento económico. Según el World Economic Outlook 2015, la demanda de energía eléctrica en Latinoamérica aumentará un 80% en los próximos 25 años con una necesidad de inversión superior a un trii- llón de dólares de los que cerca de 50% se destinarán a transporte y distribución
INICIATIVAS EMPRESARIALES Y POLÍTICAS PÚBLICAS PARA ACELERAR EL DESARROLLO DE UN ECOSISTEMA DIGITAL IBEROAMERICANO
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