Balance de la primera edición de 'La escuela, lo primero'

A mediados del curso 2020-2021, la tecnología se convirtió en el único medio para sostener la relación entre escuelas y familias. Los docentes se vieron obligados a colaborar e impulsar sus proyectos educativos en remoto, con mucha actividad, pero poca sincronización. Por más que hayamos vuelto a la presencialidad, las líneas de trabajo para mejorar y transformar la escuela van a continuar hacia una mayor integración digital, con modelos de semipresencialidad y con pedagogías híbridas que puedan garantizar una continuidad entre las experiencias de enseñanza y aprendizaje analógicas y digitales. Pero aún estamos lejos de una colaboración eficiente en entornos informatizados, pese al enorme esfuerzo realizado. Pasar a modelos de trabajo en equipo en remoto, en formato digital, no es un proceso que se pueda hacer sin un entrenamiento y un acompañamiento adecuados. Si bien el foco de la digitalización estaba, en las últimas décadas, en la conexión y los dispositivos, ahora se necesitan patrones concretos de colaboración, pautas de diálogo, espacios de trabajo, rutinas de colaboración o elaboración de documentos y proyectos digitales basados en metodologías que, al final, faciliten enseñar y aprender con nuestros estudiantes. En La escuela, lo primero hemos colaborado y creado virtualmente, con unidades de documentación en común, espacios de trabajo con distintos participantes escribiendo y diseñando a la vez y con herramientas digitales variadas para crear recursos y soluciones compartidas. ¡Incluso nos hemos disfrazado para celebrar nuestros aprendizajes y hemos tomado café juntos en salas diferentes! Experiencias como las vividas en nuestras quedadas y laboratorios de facilitación se han replicado en distintos centros educativos y de formación del profesorado de todas las comunidades autónomas. Han abierto un modelo de trabajo en el que el sistema y las instituciones necesitan seguir profundizando para hacer posible la construcción de cada proyecto educativo propio, con el trabajo colaborativo del claustro, en una realidad cada vez más híbrida y transmedia, más cargada de caminos y conexiones entre lo que ocurre en la pantalla y en la plataforma con lo que ocurre en el patio, en los pasillos y en el aula.

LAS VOCES DE LA COMUNIDAD EDUCATIVA

Mercedes Martínez Psicopedagoga y maestra de Educación Infantil y Primaria, Barcelona

«Desde el equipo pedagógico ofrecimos itinerarios de aprendizaje con seis espacios de aprendizaje mediante Google Classroom, en el que participaron unos cuatrocientos profesores que compartían sus creaciones, experiencias, dudas y sugerencias, creando una gran comunidad. Es la primera vez que realmente nos

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