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Conclusiones
de a aparecer descolgada, junto con Italia, en la mayoría de las inversiones realizadas en AIMAPIB.
Además, España e Italia también son los países que tienen un stock de ca- pital con mayor peso de los activos tangibles –y, por lo tanto, menor de los intangibles- en el total que el resto de los países con los que la información disponible permite compararnos. También son los dos países con la menor ratio AI/PIB y AI/Población. En consecuencia, tanto los indicadores de inver- sión como de dotaciones de capital son desfavorables para estos dos países, que son también los que presentan peor comportamiento en un conjunto de variables, especialmente en términos de productividad. La medición que se ha realizado del comportamiento inversor en AIMAPIB arroja información muy relevante para el análisis del patrón de crecimiento de la economía española. El comportamiento de los AIMAPIB fue expansivo entre 1995 y 2007 y contractivo desde entonces hasta 2014, si bien mos- tró un comportamiento más vigoroso que el de la inversión tangible en la primera etapa y menos contractivo en la segunda. Por su parte, la inversión en AIPIB fue más resiliente al ciclo económico, mostrando una tendencia creciente de forma prácticamente sostenida entre 1995 y 2014. Dentro de los componentes de la inversión en AIMAPIB destaca la realizada en mejorar la estructura organizativa de las empresas, seguida del diseño, la publicidad, el capital humano y a mucha distancia, los estudios de mercado. Cada uno de ellos evoluciona de forma diferente en la etapa de expansión y en los años de crisis en función de las estrategias adoptadas por las em- presas para afrontar los retos de los distintos periodos. Dentro de los AIPIB el reparto entre la inversión en software (y bases datos) e I+D es bastante equilibrado aunque algo más favorable a la segunda. Una de las principales aportaciones de este trabajo es la desagregación de las inversiones más allá del PIB (AIMAPIB) por regiones y sectores de ac- tividad. En la descomposición regional se aprecian dos Españas tanto al inicio del periodo como al final del mismo. Las comunidades autónomas más inversoras en AIMAPIB, lideradas por Madrid, se encuentran en el anillo periférico que comprende el norte y este de la península, marcando una diferencia muy significativa con el resto de comunidades del centro, oeste y sur, junto con los archipiélagos. Este patrón no es nuevo. Las inversiones en intangibles incluidas en el PIB (AIPIB) ofrecen una imagen similar con la Comunidad de Madrid, Cataluña y Comunidad Foral de Navarra destacadas. Desde la perspectiva de la evolución de las diferencias interregionales la aplicación de dos conceptos estandarizados en la literatura de convergen- cia ha permitido comprobar que a lo largo del periodo las regiones que par- tían de una posición más desfavorable han crecido más que las mejor posi- cionadas al inicio del periodo, en 1995. También ha permitido concluir que las diferencias entre comunidades autónomas son mayores en términos de activos intangibles que tangibles, y mayores en términos de AIMAPIB que de AIPIB. Además, mientras en los años de expansión las diferencias interre- gionales se redujeron –más en AIPIB que en AIMAPIB- en la crisis volvieron a aumentar.
Por último, la aplicación de un doble criterio de clasificación ha permitido clasificar a las regiones en cuatro tipos:
1. Líder reforzado 2. Líder estancado 3. Divergente
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