La Economía Intangible en España 2017

Introducción

Desde mediados de los años noventa del siglo pasado un número creciente de estudios han destacado la im- portancia de las actividades basadas en el conocimiento en las economías avanzadas. En su origen se encuentra la producción y uso del acervo de conocimiento científi- co y tecnológico con el que se es capaz tanto de produ- cir nuevos bienes y servicios inexistentes hasta la fecha como de mejorar y hacer evolucionar los existentes me- diante el uso de nuevos procesos de producción. A títu- lo de ejemplo, el contenido científico-técnico de un fár- maco actual con el que se combate una enfermedad es muy superior al de su predecesor de hace apenas unos años porque su formulación específica puede adaptarse a las características genéticas de los pacientes. Los avances han sido posibles gracias a los esfuerzos realiza- dos en Investigación y Desarrollo (I+D), combinados con las nuevas oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías de la información (TIC) y la aparición y puesta en valor de otros ac- tivos intangibles. La combinación de estos elementos, unidos al desarrollo del cloud computing , el internet de las cosas, y la explotación de las enormes posibilidades que ofrece el big data han permitido entrar en una nueva fase que se denomina en la actualidad Cuarta Revolución Industrial , marcada por la conver- gencia de tecnologías digitales, físicas y biológicas. No todos los autores están de acuerdo en que se haya entra- do en una nueva fase de la revolución industrial. En lo que sí hay acuerdo es en que los desarrollos tecnológicos han trans- formado los procesos productivos de muchos de los sectores económicos pre-existentes pero también han dado origen a un conjunto de nuevos sectores en las economías avanzadas y una nueva forma de hacer las cosas, que se denominan de forma genérica la nueva economía del conocimiento. En el origen de su rápido desarrollo se encuentra el gran impacto de las tecnologías de la información y las co- municaciones (TIC) desde mediados los años noventa del pasado siglo. Como en el caso de la máquina de va- por o de la electricidad, se trata de tecnologías de am- plio alcance que impactan en todos los sectores pero sólo si se acompañan de innovaciones complementa- rias 1 . Precisamente EL FACTOR MÁS LIMITADOR NO ES LA TECNOLOGÍA SINO LA ORGANIZACIÓN Y LAS PERSONAS QUE TIENEN QUE UTILIZARLA. ESTE ES EL PAPEL DE LOS ACTIVOS INTANGIBLES QUE, SIN APARECER EN LA DEFINICIÓN TRADICIONAL DE PIB, SON DECISIVOS PARA EXTRAER DE LAS TIC SU MÁXIMA CONTRIBUCIÓN AL CRECIMIENTO ECONÓMICO Y AL DESARROLLO DE LA SOCIEDAD.

Si las TIC se parecen a la revolución del vapor y de la electricidad en el amplio alcance de su impacto, tam- bién se diferencian en que la economía del conoci- miento a que han dado lugar se encuentra sometida a un proceso de obsolescencia mucho más rápido que encarece el coste y el riesgo de la inversión científi- co-técnica . Así, un teléfono inteligente deja de serlo en el momento en el que un nuevo modelo lo supera en prestaciones, perdiendo inmediatamente valor en el mercado. El acortamiento de los periodos de amortización del inmovilizado reduce el horizonte temporal de las inversiones, lo que obliga a realizar continuas adaptaciones organizativas y de forma- ción de los trabajadores para conseguir sobrevivir a la competencia . En el desarrollo de la denominada economía del cono- cimiento se pueden distinguir dos etapas: la primera, centrada en el desarrollo de las TIC ( software , hardware , y comunicaciones) y sus consecuencias sobre el creci- miento económico. A esta le ha seguido una nueva eta- pa que pone de relieve el papel jugado por los activos intangibles —también ligados al conocimiento— gru- po en el que, entre otros muchos, aparece de nuevo el software . También pertenece a este colectivo el gasto realizado en I+D que ha recibido tradicionalmente una atención de primer nivel como fuente decisiva del creci- miento económico. La explosión en el uso de las TIC ha venido acompañada de cuatro fenómenos interrelacionados: 1. La extensión y profundización de la robotización y au- tomatización de los procesos productivos; 2. El fenómeno de la globalización; 3. Relacionado con el anterior, la fragmentación de los procesos de producción —las denominadas cadenas globales de valor— en distintas fases; y 4. Como consecuencia de estos cambios, la necesidad y posibilidad de modificar de forma radical la organiza- ción interna de las empresas. Las TIC permiten a las empresas fragmentar las tareas de una forma no conocida hasta finales del siglo pasado. Por ejemplo, permiten separar el proceso de diseño de los bienes y servicios del ensamblaje de piezas y de la etapa final de comercialización del producto, así como de los servicios postventa. La sofisticación actual per- mite coordinar las distintas fases del proceso producti- vo, diversificando la actividad en otros países, en otras empresas o ambos. Pero la nueva forma de producir que las TIC permiten, exige a su vez nuevas formas de organizar la producción, el diseño de nuevos pro-

1 Véase Bresnahan y Trajtenberg (1995).  

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