DE START-UP A GACELA ¿Cómo es la evolución de las start-ups hacia el crecimiento?
3.3.- Las dimensiones de la Orientación Emprendedora Finalmente, se procedió a analizar a los proyectos de start-ups sobre su propia orientación em- prendedora. Aunque dicha orientación se da por supuesto en todos estos proyectos, lo relevante es realmente comprobar en qué medida difieren entre los cuatro grupos de start-ups , así como en las diferentes dimensiones que la conforman. En este caso, fueron los propios emprendedores los que se autoevaluaron en cada una de las dimensiones y no se trata, por tanto, de una interpretación rea- lizada por los autores del trabajo. La Orientación Emprendedora es un concepto bien asentado en la literatura sobre emprendimiento, que fue definido por primera vez en 1983 por Miller, según el cual las empresas emprendedoras son “aquellas que están orientadas hacia la innovación en el ámbito producto-mercado, llevando a cabo iniciativas arriesgadas y que son las primeras en desarrollar innovaciones de un modo proactivo, tra- tando de derrotar a sus competidores” (Miller, 1983, p. 771). A partir de esta definición, el propio Miller establece que son tres las dimensiones que caracterizan a las empresas emprendedoras: (1) la pro- pensión a la innovación; (2) la propensión al riesgo; (3) y la proactividad. Estas tres dimensiones han sido consideradas en multitud de investigaciones, teóricas y empíricas, desde entonces hasta nues- tros días (Covin y Slevin, 1989; Naman y Slevin, 1993). Más adelante, Lumpkin y Dess (1996) incorporan otras dos dimensiones: (1) la autonomía y (2) la agresividad competitiva. Antes de evaluar los proyec- tos analizados en este estudio, veamos en qué consiste cada una de las dimensiones mencionadas. a. La propensión a la innovación: las empresas emprendedoras son, en primer lugar, em- presas innovadoras (Schumpeter, 1834). La innovación convierte al empresario emprendedor en el único oferente de dicho producto o servicio, lo que le proporciona una clara venta- ja de mercado, permitiéndole cobrar un precio superior y originando así la obtención de un beneficio extraordinario. Este beneficio extraordinario atraerá la atención del resto de em- presas (seguidoras) quienes tenderán a imitar la innovación desarrollada por el emprendedor, volviendo así a una situación de equilibrio en competencia perfecta. Esta situación se man- tendrá hasta que otro emprendedor vuelva a iniciar otro proceso de innovación. Y así, de manera indefinida. b. La propensión al riesgo: hace referencia a la probabilidad percibida de recibir recompensas a una determinada inversión. Existe un amplio consenso en considerar que el comporta- miento emprendedor lleva aparejado necesariamente la asunción de unas determinadas cotas de riesgo. Este riesgo puede ser un riesgo personal o individual, un riesgo social o un riesgo psicológico. No obstante, el riesgo puede ser entendido de muy diversas formas, o lo que es lo mismo, existen diferentes tipos de riesgo, relacionados, en mayor o menor medi- da con la orientación emprendedora. Así, cabe diferenciar entre riesgo estratégico y riesgo financiero.
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c. La proactividad: La proactividad puede definirse como la acción de anticiparse a los problemas, necesidades y cambios futuros (Lumpkin y Dess, 1996). Por esta razón, es lógico pensar que existe una relación clara entre proactividad y orientación emprendedora. La proactividad
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