El IICA ante covid-19 (Setiembre)

Recuento informativo ante Covid-19

En Argentina es tiempo de alcauciles y la fiesta no se suspende por la pandemia Las plataformas web del IICA transmitirán la Fiesta del Alcaucil de La Plata, Argentina, un tradicional evento de productores de alcachofas del cinturón hortícola de Buenos Aires, en el que semezcla la tradición y la innovación y que este año tendrá formato 100% virtual.

Buenos Aires, 22 de septiembre de 2020 (IICA). La historia de los productores de alcauciles afincados en los alrededores de la ciudad de La Plata, 60 kilómetros al sur de Buenos Aires, se remonta a la década de 1940, cuando inmigrantes italianos eligieron el cinturón hortícola que rodea a la capital argentina para sembrar y perpetuar su cultura y su tradición. En ese clima templado pros- peraría el cultivo con el que habían trabajado en el Viejo Continente, del que había llegado para iniciar una nueva vida. “Era todo campo y se araba con caballos” rememoró Carmelo Mancuso, cuyo padre llegó a Argentina a los 16 años desde Ca- labria junto a un tío, acariciando el “sueño americano”. Ese sueño tenía forma de surco, que continuaron abriendo quienes hoy velan por la producción, la mejora continua y la ex- pansión del consumo de alcachofas. “Yo de chico también ayudaba a mi papá en la cosecha. Todo era más complicado. Cargábamos los alcauciles recogidos en un carro hasta la ciudad, a 8 kilómetros de dis- tancia, donde nos esperaba el camión que los transportaba y que no podía entrar en la quin- ta porque los caminos eran malos. Entonces nosotros se los alcanzábamos. Esto, entre ida y vuelta, nos llevaba todo un día”, contó Car- melo, hoy con 70 años. Son muchas las historias que abrigan las familias de productores. Comunión fami- liar, hijos creciendo con el proyecto, viajes a ferias internacionales, intercambio de ex- periencias y creatividad a la hora de la co- cina (desde tortillas y tartas hasta paellas de alcauciles). Por otro lado, los hijos que cambian de rumbo e inician otras actividades dejan flo - tando una pregunta: “¿Quién sigue lo nues- tro?”. A partir de la década de 1990, el matri- monio de agrónomos de Adriana Riccetti y

Gonzalo Villena consolidaron la Asociación de productores de alcachofas platenses, que hoy lideran. El campo de Adriana y Gonzalo sigue siendo referente de producción para las quin- tas de la zona. No es una huerta tradicional, sino un campo agrícola ganadero en el que se cultiva el alcaucil, originalmente procedente del Mediterráneo e introducido en América por franceses y españoles y fuente de fibra, sodio, potasio, fósforo, calcio y vitaminas B1 y B3. El particular establecimiento de Adriana y Gonzalo permite probar nuevos modelos de producción y riego por goteo. Una vez probada la tecnología, ésta se transfiere a las demás huertas de la zona que conforman la asociación. Esas familias de productores impulsan la promoción del cultivo y su agre- gado de valor. Para ello cuentan con varias herramientas, como el sello de Indicación Geográfica (IG) desde el año 2016, otorgado por el Proyecto de Asistencia Integral para el Agregado de Valor en Agroalimentos (PRO- CAL) del Ministerio de Agricultura, Gana-

dería y Pesca de Argentina. La IG que abarca las 60 hectáreas de producción del cultivo implica determina- das cualidades particulares y es un recono- cimiento derivado específicamente de su lugar de origen. Para la obtención del sello, los productores trabajaron arduamente en el cumplimiento de un exhaustivo protocolo. El municipio de La Plata, capital de la pro- vincia de Buenos Aires, fue declarado como área protegida para tres tipos de alcauciles: el romanesco, el híbrido violeta y el híbrido blanco, que hoy representan el 60% de lo que se produce en Argentina. Respecto al consumo y el mercado, Adriana indicó que el alcaucil es un alimento que requiere cierta elaboración. Las genera- ciones pasadas quizás tenían una cultura de mayor dedicación a la cocina casera y como los platos preparados con alcaucil requieren un tiempo de elaboración superior, no es vis- to como un producto para la alimentación del día a día. “Actualmente se tiende a un consumo de productos ya elaborados y en la Argentina no se ha desarrollado una industria

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Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

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