El IICA ante covid-19 (Setiembre)

Blog Sembrando hoy la Agricultura del futuro

Políticas públicas para los bioinsumos: hacia un espacio de intercambio en América Latina y El Caribe “Las políticas públicas claramente no son las únicas herramientas que pueden permitir un desarrollo armónico de tecnologías emergentes como los bioinsumos, pero son imprescindibles para sentar las bases de la transición hacia una agricultura sostenible frente a desafíos globales.”

¿Cómo las políticas públicas y los Estados de América Latina y el Caribe pueden apoyar el desarrollo de alternativas a los insumos de síntesis química para la actividad agropecuaria? ¿Cómo estas políticas pueden participar de la expansión regional de un sector de la bioecono- mía que genere beneficios para una diversidad de actores? Estas preguntan fueron abordadas en un ciclo de conferencias, organizado por el Insti- tuto Inter-Americano de Cooperación para la Agricultura (IICA), el Centre de Coopération Internationale en Recherche Agronomique pour le Développement (Cirad) y la Red Políticas Pú- blicas para el desarrollo rural enAmérica Latina (Red PP-AL). El ciclo consistió en la exposi- ción de cinco experiencias nacionales de promo- ción de los bioinsumos de uso agropecuario y se realizó entre junio y agosto del 2020. Funciona- rios públicos, investigadores y empresarios de Argentina, Colombia, Ecuador, México y Brasil presentaron las dinámicas actuales en estos cin- co países, los cuales se cuentan entre los mas avanzados a nivel regional sobre las políticas a favor de los bioinsumos. Como primera etapa de la construcción de un espacio regional de coope- ración y de dialogo para la construcción de po- líticas, este ciclo de conferencias permitió iden- tificar varias tendencias, avances y necesidades para apoyar el desarrollo de los bioinsumos. Se identificaron al menos cinco elementos claves para avanzar: la importancia de definir qué son bioinsumos; la necesidad de adaptar los marcos regulatorios y definir el rol del Estado; tomar en cuenta la dinámica de autoproducción indi- vidual y colectiva de bioinsumos; y finalmente, reconocer el rol esencial del sector empresarial con el que el Estado debe interactuar. Lo primero que se identificó como de gran importancia es llegar a un consenso sobre la de-

Los bioinsumos de uso agropecuario son herramientas de base biológica, macro o micro organismos, derivados y extractos de plantas, aplicados a la producción agropecuaria. Se consideran bioinsumos a todos aquellos productos constituidos de organismos vivos tales como microor- ganismos (hongos, bacterias, virus, etc.) o sus derivados, macroorganismos (ácaros e insectos benéficos), extractos de plantas y sus compuestos deriva - dos de origen biológico o natural y que son destinados a ser aplicados como insumos en la producción agropecuaria. Estos comprenden a tres familias de productos: productos de control biológico (biocontroladores y agentes fitosanitarios, ya sean de origen fúngico, viral, bacteriano, vegetal o animal, o derivados de estos), biofertilizantes, y bioestimulantes o fitorreguladores.

finición de lo que son (o no son) los bioinsumos (ver recuadro). El término o la categoría bioin- sumos son relativamente nuevos y agruparlos en una sola permitió dar una visibilidad renovada a insumos ya conocidos como los de control biológico, biofertilizantes o bioestimulantes. A nivel semántico, ese término permite articular el mundo de los insumos, considerados desde la revolución verde como de origen principal- mente químico, con el mundo de los procesos biológicos. La definición del perímetro de esa nueva categoría es fundamental, pero está sujeta a matices entre los países. Es necesario entonces tratar de uniformizar ese perímetro, y sobre todo acompañar a los países que todavía no imple- mentaron políticas específicas para bioinsumos. Este es un punto de partida necesario para una política nacional y un diálogo regional. Segundo, se notó la importancia de adaptar los marcos regulatorios existentes para que sean mas adecuados al registro de insumos biológi- cos. Muchas veces no existe una normativa es- pecífica para bioinsumos – de hecho, en Améri - ca Latina y el Caribe solo Colombia tiene una -, y los bioinsumos tienen que recorrer hoy en día el mismo camino de evaluación y registro que

un insumo químico. Si bien es cierto que paí- ses como Argentina y Ecuador implementaron aranceles preferenciales, el proceso en sí mismo sigue largo y fastidioso. Los organismos nacio- nales o regionales que están a cargo de la defi - nición de criterios y procesos de registro son de hecho una piedra angular de la transformación de los marcos regulatorios. Está claro que estas instituciones son fundamentales en este proce- so, y juegan un papel central en la creación de un ámbito regulatorio apropiado, tanto para la producción nacional como para la importación y exportación de los bioinsumos. Por eso es primordial tener criterios claros y transparentes, para crear un clima propicio al desarrollo de in- novaciones y a los negocios. Tercero, el rol del Estado puede ir mas allá de una adaptación de los marcos regulatorios, por ejemplo, hacia el diseño e implementación de políticas integrales de promoción de los bioinsumos. Estas políticas deben cubrir e inte- grar aspectos como la formación universitaria y la capacitación de profesionales y productores, el fomento a la innovación y el uso, el estímu- lo a la interacción entre laboratorios públicos y empresas, entre otros. Hoy, Argentina y Brasil

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Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura

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