COVID-19 Y EDUCACIÓN I: problemas, respuestas y escenarios

La voluntad de adaptarse a un sistema de educación a distancia se da por segura en casi todos los docentes y alumnos, precisamente por la anor- malidad de la situación, y es probable que esto suponga un ingrediente clave para acelerar la adaptación por par- te de todos. Sin embargo, no todos parten del mismo punto ni tienen los mismos recursos o capacidades para hacerlo de manera efectiva: el acceso a dispositivos es muy desigual por hogares, y más aún en un periodo de confinamiento donde todos los miem - bros del hogar pueden tener necesidad de usarlos. De hecho, los primeros da- tos disponibles para Madrid muestran que el 30% de alumnos de Primaria y el 18% de la ESO no responden a los intentos de mantener la continuidad en el proceso de aprendizaje 3 . A estas brechas se suman todos aquellos ser- vicios que la escuela provee, pero que no están presentes en todos los hoga- res: desayunos, comedores o apoyo psicopedagógico. Aunque sea la única alternativa po- sible, el aprendizaje online no puede sustituir (sino que complementa) la experiencia presencial en la escuela. El potencial del aprendizaje online para acceder a contenidos de calidad es sin duda la principal herramienta para hacer frente a esta crisis. Pero realizar una comparativa entre apren- dizaje presencial y aprendizaje online

escenario de los procesos educativos que antes tenían lugar en las aulas. En España, la iniciativa Aprendo en casa es un reflejo de ello: una plataforma que aúna recursos educativos para docentes, alumnos y familias (gran parte de ellos ya estaban disponibles a través del INTEF), y la puesta en marcha de la televisión educativa (5 horas diarias de contenidos educati- vos para alumnos de 6 a 16 años). A ello se unen las webs y plataformas propias de las diferentes comunidades autónomas, que dan soporte, en casi todos los casos, a los centros de cada territorio. A estos recursos se añaden las diferentes herramientas con las que cuentan los centros: Moodle, el paquete G Suite de Google y todas sus herramientas, Microsoft Teams, Blac- kboard… Y por su parte, editoriales, portales y profesionales han abierto de manera libre y gratuita un enorme catálogo de recursos, lo que hace más difícil al profesorado –y mucho más a las familias– seleccionar de manera crítica aquello que mejor se ajusta a los objetivos educativos. No hay educación online. Hay en- señanza a distancia. Estamos ante un cambio temporal en la forma de enseñar para intentar proporcionar “una educación que de otro modo se impartiría cara a cara o en forma de cursos mixtos o híbridos y que volve - rán a ese formato una vez que la crisis

requiere mucha contextualización. La evidencia muestra casos donde el aprendizaje es en general superior en formato presencial que a distancia 4 , mientras que otros estudios muestran que, bajo ciertas condiciones, el for- mato online (y sobre todo el formato mixto –o blended –) tiene un mayor potencial de aprendizaje. Estas dife- rencias de resultados se deben sobre todo a las diferencias de los programas evaluados, a su implementación y a la calidad de estos 5 . Lo que se despren- de de estos resultados, en suma, es que la interacción presencial no tiene fácil sustitución y, aunque sea la única alternativa posible, un modelo de edu- cación online desde casa no logrará sustituir de forma eficaz, ni a corto ni a medio plazo, a uno presencial. No existe una tecnología educativa, sino varias y diversas. El actual esce- nario de enseñanza online presenta dos elementos clave: uno vinculado a la diversificación de tecnologías (que a veces puede tornarse en dispersión) y otro relacionado con el modelo educa- tivo (que en parte arrastra todavía la lógica prescriptiva y lineal del apren- dizaje). Todos los países han puesto en marcha, de manera urgente, accio- nes para asegurar que la escuela se traslade a la red. Una de las medidas habituales es la creación de plata- formas que centralicen los recursos para profesores y alumnos y sirvan de

En la adaptación a un sistema de enseñanza online no todos parten de un mismo punto, ni tienen los mismo recursos o condiciones y capacidades para hacerlo de manera efectiva

Es necesario asumir que un modelo de educación online, especialmente en determinadas etapas educativas, no logrará sustituir de forma eficaz al presencial

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