07 | CONCLUSIONES
• Las diferencias más destacadas en el uso de Internet tienen lugar por grupos de edad y nivel de estudios, seguidas de la situación laboral, características que suelen estar muy correlacionadas, ya que en la población más mayor hay una mayor concentración de personas con estudios básicos (que comprende desde personas sin estudios hasta con secundaria obligatoria), así como de inactivos (en especial los jubilados). • Por grupos de edad, las diferencias en el uso son muy notables en los casos más extremos: entre los más jóvenes (de 16 a 24 años) y los más mayores (de 55 a 74 años). Así, en 2020 un 16,9 % de los más mayores no se han conectado nunca a Internet, frente al 0,3 % observado entre los más jóvenes. Esta diferencia era aún mayor en 2006, con un 85,8 % de mayores que nunca se habían conectado, frente al 21,8 % de los jóvenes. Es de destacar por tanto que son los más mayores los que más han avanzado en el uso de Internet, lo cual favorece la reducción de la brecha respecto a personas de menor edad, y en especial entre los más jóvenes. En cuanto a frecuencia de uso, la práctica totalidad de los jóvenes se ha conectado a Internet en los últimos tres meses (un 99,7 %), mientras que entre los mayores este porcentaje supera ligeramente el 80 %. Las diferencias en frecuencia de uso son además mayores entre las personas más mayores y las de edades medias (de 35 a 54 años) que entre este último grupo y los más jóvenes, lo que implica que no se trata de un comportamiento que disminuye gradualmente con la edad, sino que es especialmente reducido en el grupo de los más mayores. • Por nivel de estudios alcanzado se ha reducido la brecha entre las personas con estudios básicos y superiores en el periodo analizado en todos los tipos de frecuencia de uso de Internet estudiados. Las mayores diferencias se observan en el uso diario, con un 94,2 % de
personas con estudios superiores accediendo al menos una vez al día a Internet, frente a un 68,8 % con estudios básicos. Además, en la actualidad un 14,1 % de personas con estudios básicos no ha accedido nunca a Internet, frente al 0,5 % de las personas con estudios superiores. En este caso, las diferencias en frecuencia de uso de Internet siguen un patrón similar al seguido por los grupos de edad: son más intensas entre las personas con estudios básicos y medios que al comparar entre personas con estudios medios y superiores. Por tanto, el beneficio marginal de invertir en educación para reducir las diferencias en el uso de Internet es mayor en los niveles iniciales de formación. • La situación laboral de las personas es otra característica donde se observan diferencias, especialmente entre los inactivos y los ocupados, en 2020. Un 19,2 % de los inactivos (jubilados o prejubilados, incapacitados permanentes, realizando labores del hogar, voluntariado y otras situaciones) no ha accedido nunca a Internet, mientras que este porcentaje se reduce hasta el 3,6 % en los parados, el 1,1 % en los ocupados y el 0 % en los estudiantes. Desde 2006 ha habido una fuerte reducción del porcentaje de personas que nunca han accedido a Internet, de 64 pp entre los inactivos, de 45 pp entre los parados y de 35 pp entre los ocupados, contribuyendo a una reducción de la brecha entre los grupos que partían de niveles más elevados respecto a los que partían de niveles más bajos. La reducción entre los estudiantes es leve, de 3,1 pp, lo que en parte se explica por ser el grupo que partía de tasas de uso de Internet mucho más elevadas. En paralelo se observa también, lógicamente, un fuerte aumento de la frecuencia de uso de Internet. En concreto, entre la población que lo hace diariamente ha aumentado desde 2006: de un 4,8 % a un 61,4 % en los inactivos; de un 16,4 % a un 83,9 % en los parados; y de un 30,7 % a un 91,2 % en los ocupados.
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