tar situaciones ruidosas o estre- santes. Deja que el animal se familiarice con el entorno mientras el niño lo observa a distancia. Luego, permite que se acer- que lentamente. Mejor esperar a que el animal se acerque primero. Esto ayuda a que ambos se sientan cómodos. Enséñale a hablar con un tono de voz suave y calmado. Explica la importancia de res- petar el espacio personal del ani- mal. Los niños deben aprender a no abrazar o acariciar a una mas- cota, si ésta se muestra incómo- da. Haz que el niño participe en las actividades de cuidado, como alimentar al animal o llenar su pla- to de agua. Fomenta momentos de juego juntos, usando juguetes que sean seguros para la mascota. Elogia tanto al niño como al animal cuando interactúan de manera positiva. Esto refuerza el comporta- miento adecuado en ambos. Sé un buen modelo a seguir al interactuar con el animal. Los niños aprenden obser- vando. Enséñale a reconocer las se- ñales del animal, como si está
contento, asustado o agresivo, para saber cuándo debe dar es- pacio. La amistad entre un niño y una mascota puede llevar tiem- po. Sé paciente y permite que su relación se desarrolle de manera natural. Organiza actividades donde el niño y la mascota puedan in- teractuar, como paseos, juegos y entrenamiento básico. Esto forta- lece su vínculo. Con paciencia, amor y super- visión, esta conexión puede con- vertirse en una fuente de alegría y aprendizaje para ambos.
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