Miguel Othón de Mendizábal (1890-1945) La inteligencia no se ha extinguido aún en las razas de bronce, persiste larvada por el trabajo agobiador, por el sustento insuficiente, por la desconfianza en la propia potencia; pero
aún perceptible en los chispazos geniales de las artes populares, esperando el estimulante que habrá de mostrarla en su plenitud. O riginario de la Ciudad de México y perteneciente a una familia acaudalada, Miguel Othón de Mendizábal fue un maestro comprometido con la nación,
defensor de la reforma agraria y partidario del bienestar de la población indígena de México. Su inconformidad vi- tal no estuvo condicionada por sus vínculos familiares con el porfiriato. Antes bien, se rebeló contra la oli - garquía y fue uno de los primeros intelectuales en unirse al movimiento revolucionario. Tras estudiar en la Escuela Nacional Prepara-
toria, obtiene una beca para continuar sus estudios en el Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía. En 1909 llega a ser etnólogo del mu- seo. Al estallar la Revolución, Mendi- zábal se une al maderismo y lucha al lado de varios caudillos. Estas luchas intestinas lo llevan al exilio en Gua- temala y Cuba. El escritor y diplo-
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