puesta en marcha de un icónico espacio de experimentación educativa: el centro de incorporación indígena de la Caña- da de los Once Pueblos de Michoacán. Imparte clases de antropología, etnología, economía e historia nacional, vinculando siempre estas disciplinas con las ciencias apli- cadas y la geografía, en el Museo Nacional de
Arqueología, Historia y Etnografía (hoy Museo Nacional de Antropo- logía); las escuelas de Economía de la UNAM y del IPN , y la Escuela Normal Superior. Tras su muerte, Daniel F. Rubín de la Borbolla dijo sobre Mendizábal:
Hay quien se pregunte, y no sin razón, cuáles eran su ver- dadera vocación y campo de interés científico. La respues - ta más clara y elogiosa la tenemos en la congregación de especialidades que en esta noche le rinden tributo: la an- tropología, la historia, las ciencias sociales, la economía, la medicina.
Además de su labor docente, Othón de Mendizábal legó una riquísima obra que abraza múltiples intereses, de la antropo - logía a la economía, de la historia a la sociología y las ciencias políticas. Publicados en 1946, un año después de su muerte, y reunidos en cinco tomos de aproximadamente 500 páginas cada uno, sus textos son mues- tra del humanismo y la inquietud intelectual de este mexicano ejemplar, sobre quien su amigo y colega José Silva Herzog escribió: “Fue un incan- sable trabajador, preocupado siempre por los problemas fundamentales de México, a los cuales aportó a la par ideas originales y constructivas”.
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