en París y escribía su libro En Francia , un tra- tamiento infructuoso para atender su sorde- ra le permite acercarse a su último interés profesional y su pasión: la astronomía. Ad- quiere un telescopio y, durante su estancia en la embajada mexicana en Washington, solicita al presidente Cárdenas que le conceda un per- miso para realizar estudios de astronomía y física en Cambridge, Massachusetts. Entra en contacto con Leon Campbell, coordinador del proyecto Estrellas
Variables, quien le presenta al doctor Harlow Shapley, primer observa- dor de galaxias. Erro se convierte, así, en investigador del Observatorio de Harvard y colaborador del Bulletin of the Harvard College Observatory . El Observatorio Astrofísico de Tonantzintla, dirigido por él, se inaugura el 17 de febrero de 1942. La importancia de Erro para la astro- nomía en México –expresaba Carlos Graef– radica en que logró que se pasara de la astronomía de posición a la astrofísica, incorporando así al país en el movimiento científico contemporáneo. En 1950 lo releva en la dirección el doctor Guillermo Haro. En 1967, de manera póstuma, el IPN honra la memoria de Luis Enrique Erro al llamar con su nombre al planetario, recinto en el que millones de estudiantes han experimenta- do la fascinación por la exploración espacial y la contem- plación del universo, como lo soñó hace un siglo el fundador del primer observatorio astrofísico de México.
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