El primero de ellos fue la compleja topografía de Oaxaca, que carecía de vías de acceso adecuadas, lo cual implicaba realizar largos desplazamientos, en su mayoría por carretera. Otro obstáculo, aún más difícil de superar, fueron las antiguas concepciones sobre la forma- ción universitaria. Seara encontró dos visiones limitantes: la de la universidad de masas frente a la universidad elitista. Consideraba que ambas opciones
eran simplistas y debían ser rechazadas, ya que generaban ideas erró- neas sobre la formación universitaria. Aceptaba la idea de una univer- sidad abierta a todos los que desearan inscribirse, eliminando los costos de inscripción y colegiaturas y reduciendo los requisitos para brindar mayores oportunidades de acceso y permanencia a los estudiantes pro- venientes de contextos socioeconómicos adversos: La inversión en educación, así como en ciencia y tecnología, asegura la independencia y soberanía de los pueblos. Para ser coherentes con estas afirmaciones, es necesario concluir que la educación no es un gasto, sino una inversión, la inversión más rentable, por lo tanto, debe ser gratuita. También creía que no debían otorgarse diplomas o títulos a todos los alumnos solo por haber cursado una licenciatura y defendía la idea de que “la universidad es, académicamente, elitista por definición; de lo contrario, no puede considerarse verdaderamente universidad.
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