Los artífices: dos siglos de educación en México

Antonio Caso (1883-1946)

Cultura sin libertad no se concibe. Solo en un ambiente de libertad puede madurar la obra de la civilización.

D e pocas figuras de la historia docente de México se puede decir que hayan sido maestros no solo en el sentido profesoral, sino también en el de auténticos guías de las juventudes de su tiem- po; en esta selecta categoría se encuentra Antonio Caso, quien nació el 19 de diciembre de 1883 en la Ciudad de México y murió 61 años más tarde ahí mismo. La juventud de Caso estuvo marcada por el auge del positivismo como doctrina hegemónica, y, probablemente debido a ello, uno de los ejes rectores de su labor en las aulas fue el combate a esta corriente del pensamiento y la enseñanza de la filosofía desde un punto de vista no sistemático, en el que el pensamiento cristiano y el bergsoniano tuvie-

ron una función primordial. Fue gracias a este espíritu antipositivista, comparti- do con otros insignes pensadores de la época, como logró tomar cuerpo la idea del Ateneo de la Juventud, fundado por Antonio Caso, José Vasconcelos, Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña en 1909. Proveniente de una familia de clase media acomodada de la Ciudad de Mé- xico, Antonio Caso estudió Derecho en la Escuela Nacional de Jurisprudencia;

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