Entre 1928 y 1934, Ramírez Castañeda estuvo a cargo del Depar- tamento de Escuelas Rurales, Prima- rias Foráneas e Incorporación Cultural Indígena. Desde esa responsabilidad y la de los cargos que lo sucedieron, propuso principios y normas para la educación rural. También fundó escuelas, organizó su supervi- sión y creó el engranaje administrativo necesario, además de que escribió análisis acerca de la educa- ción en México, guías didácticas y manuales para los maestros rurales. Heredero de la Revolución, siem-
pre buscó que el legado de la gesta trascendiera palabras. “Cuando la Se- cretaría de Educación fue restablecida y
comenzó a crear en el país escuelas rurales y a conformarlas poco a poco hasta dejarlas bien hechas y listas para redimir efectivamente a la clase campesina
que forma la mayoría de la población de la República […] procu - ré siempre y siempre arrimar mi piedra y mi grano de arena a fin de que el edificio que se levantaba llegara a ser no solamente sólido, sino también útil y, además, bello”, recordaba el veracruzano. Inspirado en los misioneros evangelizadores españoles, como Vasco de Qui - roga y Bartolomé de las Casas, el Plan de las Misiones Federales de Educa - ción se creó en 1923, durante la presidencia de Álvaro Obregón y cuando José Vasconcelos era secretario de Educación Pública. Más adelante, en febrero de 1926 se instituyó la Dirección de Misiones Culturales. El objetivo era llevar maestros a las comunidades rurales del país.
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