El trabajador del futuro: conectado, versátil y seguro

Impacto de la innovación en el futuro del trabajo

Los economistas Guy Michaels, Ashwini Natraj y John Van Reenen encontraron una correla- ción positiva entre el crecimiento en el uso de las TIC y la demanda de trabajadores altamen - te cualificados (Michaels, Natraj y Van Reenen 2014). Respecto a la reducida productividad obser- vada para diferentes países, la OCDE apunta como causa de dicha reducción a las dimen- siones estructurales, como la falta de inver- sión en “capital basado en el conocimiento”, que incluye: I+D, habilidades específicas de la empresa, conocimientos organizativos, bases de datos, diseño y diversas formas de propie- dad intelectual. El capital basado en el conoci- miento influye en el grado en que las empresas explotan el potencial de productividad de las nuevas tecnologías, permitiendo tasas de pro- ductividad significativamente superiores que aquellas “rezagadas” en las tecnologías (OCDE, 2015). Según Acemoglu y Restrepo (2019), en Esta- dos Unidos se puede observar que la automa- tización tiende a cambiar el contenido de las tareas involucradas en el proceso de produc- ción, en un principio en detrimento de la mano de obra, debido a un efecto de desplazamiento. Así, la automatización reduciría la participa- ción laboral en el valor agregado, lo que puede terminar a menudo reduciendo la demanda laboral, incluso en presencia de aumentos en el crecimiento del PIB y la PTF. Sin embargo, los efectos de la automatización tienden a contrarrestarse a medida que la automatiza- ción misma va creando nuevos roles, tareas y habilidades, cruzando espacios y ámbitos de conocimiento. En efecto, la creación de nuevos roles tiende a expandir la demanda por mano de obra, casi siempre más cualifi - cada que la que fue originalmente desplazada

pero que, en el agregado, conduce siempre a aumentar la participación laboral.

La adopción de nuevas tecnologías crea normalmente fuertes diferencias sociales. La participación de todas las partes interesadas, incluidos los trabajadores, las empresas, los inversores, las organizaciones educativas y sociales, y la administración puede minimizar el daño causado, ayudando a garantizar que los empleos del futuro ofrezcan beneficios compartidos por todos, a través de un examen de los marcos institucionales en torno al traba- jo, e incluyendo cómo los programas de edu - cación y formación pueden ser más eficaces e inclusivos; así mismo serán requeridas nuevas formas de empoderamiento de los trabajado - res (Autor, Mindell & Reynolds, 2020). En cualquier caso, de acuerdo con los estudios mencionados queda demostrado que, aunque la automatización elimine la mano de obra humana de ciertas tareas, el cambio tecnoló- gico da lugar a nuevos tipos de roles, nuevos bienes y servicios, y nuevas industrias y ocupaciones que exigen nuevas habilidades, y ofrecen nuevas oportunidades de ingresos. Así, por ejemplo, si consideramos el conjunto de empleos activos en 1940 en EE. UU. en comparación con los activos en la actualidad, como se muestra en la figura 2, en 2018, el 63% de los puestos de trabajo en los nuevos títulos ocupacionales aún no se habían “in- ventado” en 1940 5 . Muchos de estos nuevos empleos fueron directamente habilitados por la tecnología, incluyendo empleos en tecno- logía de la información, energías renovables (principalmente solar y eólica), ingeniería y diseño, instalación y reparación de nuevos productos, o nuevas especialidades médicas. Pero no todos los nuevos trabajos son clasifi -

5 Para construir esta figura, Autor, Salomons y Seegmiller (2020) utilizan datos históricos para catalogar la introducción de nuevos puestos de trabajo en los manuales de codificación ocupacional de la Oficina del Censo de EE.UU. en cada década entre 1940 y 2018

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