El trabajador del futuro: conectado, versátil y seguro

La evidencia histórica disponible arroja, por tanto, varias observaciones interesantes. Así, en el siglo XIX, cuando la automatización de algunas tareas estaba en curso, otros desarro- llos tecnológicos generaron oportunidades de empleo en nuevas ocupaciones. Estos incluye- ron trabajos para trabajadores de línea, inge - nieros, maquinistas, reparadores, conductores, gerentes y financieros (Acemoglu y Restrepo, 2019; Chandler, 1977; Mokyr, 1990). Asimis- mo, las nuevas ocupaciones y los empleos en las industrias emergentes también jugaron un papel fundamental en la generación de deman- da de mano de obra durante las décadas de rápida mecanización agrícola en los Estados Unidos, especialmente en las fábricas (Ras- mussen 1982; Olmsted y Rhode 2001) y en ocupaciones administrativas, tanto en servicios como en manufactura (Goldin y Katz 2007; Michaels 2007). Pero, al igual que se tardó años en difundir los principales avances tecnológicos de épocas anteriores -como las piezas intercambiables, la electrificación y la conectividad a Internet-, se necesitará tiempo para desplegar las tec- nologías avanzadas de hoy en día en toda la economía. Los efectos más profundos toda- vía se están produciendo a partir de Internet, la computación móvil y en la nube, y otras innovaciones que se remontan a los años 90 y anteriores. La inteligencia artificial, el apren - dizaje automático, la robótica y la fabricación aditiva están preparados para transformar la economía, pero esas transformaciones serán la culminación de miles de innovaciones y de pequeñas decisiones en las distintas institu- ciones y modelos empresariales. Es esperan- zador, y no escéptico, trazar empíricamente dónde se sitúan las prometedoras tecnologías actuales a lo largo de sus curvas de desarrollo. Esas curvas, largas e inciertas, aunque ofrecen futuros dispersos en el paisaje industrial, nos permiten prepararnos para lo que vendrá, en la medida en que seamos capaces de discernirlo hoy (Autor, Mindell & Reynolds, 2020).

Antes de la pandemia, el análisis de McKinsey (2020) sugirió que el crecimiento del empleo en Europa para 2030 podría llegar al 2,7%, el equivalente a unos seis millones de em- pleos . Si bien, ese crecimiento parece menos probable hoy. Según su modelo, tres sectores representarán más del 70% del crecimiento potencial de empleo de Europa hasta 2030. Así, las ganancias netas más fuertes hasta 2030 estarán en el trabajo social y de salud humana, donde podrían agregarse 4,5 mi- llones de empleos. Seguido por servicios profesionales, científicos y técnicos, que podrían agregar 2,6 millones de empleos, y la educación, que podría obtener 2,0 millones de empleos . Además, el sector de la tecno- logía de la información y las comunicaciones, y el sector de las artes, el entretenimiento y la recreación podrían registrar algunas de las tasas de crecimiento neto más altas, con un 18% y un 15%, respectivamente. Pero debido a que están comenzando desde un porcenta- je representativo de empleo más pequeño, el número de trabajos agregados sería menor en términos absolutos. De cualquier modo, existe la posibilidad real de reasignar trabajadores que originalmente realizaban tareas rutinarias a trabajos de alto contenido abstracto o inter - personales, de acuerdo con el espíritu de Autor et al. (2003) y Goos et al. (2009). De esta información se desprenden tres ele- mentos clave. Primero, las aplicaciones de IA y robótica tardarán aún en desarrollarse y especialmente en aplicaciones críticas para la seguridad y la producción. Por lo que, aunque se están implantando ya en algunos casos, no están tan cerca como algunos temen, lo que permite vislumbrar futuros potenciales y nos da tiempo para prepararse. La flexibilidad en entornos dinámicos sigue siendo un atributo humano clave que todavía está fuera del alcan- ce de las máquinas. Este gradualismo ofrece la oportunidad de considerar cómo desplegar las nuevas tecnologías para obtener el mayor beneficio social y económico. Dicho esto, si es - tas tecnologías se despliegan en una economía

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