aunque en paralelo se han desarrollado también otros 2 modelos de arquitec- tura que buscan dar respuesta a ciertas limitaciones. A partir de los años 90 hi- cieron su aparición los estándares para la representación de conocimiento, que favorecen la portabilidad y el mantenimiento de los sistemas CDSS, aislando el componente del código informático propiamente dicho. Ya entrado el siglo XXI, más concretamente a partir de 2005, surge el modelo de servicio. Este no es más que un sistema CDSS que ofrece una interfaz a múltiples sistemas de infor- mación clínica que pueden hacer uso de sus servicios de forma concurrente 16 . En línea con el espíritu de los sistemas CDSS, muchas soluciones digitales buscan ofrecer a los profesionales sanitarios la información oportuna, en el momento preciso y para el paciente adecuado. Tal es el caso de los planes asistenciales electrónicos, que permiten acceder a la información necesaria du- rante las fases de planificación, prestación y evaluación de los cuidados de un paciente. Los planes asistenciales electrónicos ofrecen, además, la oportunidad de vincular los problemas, objetivos e intervenciones de un paciente con polí- ticas, procedimientos y vías clínicas, permitiendo la práctica de una medicina estandarizada y basada en la evidencia, a la vez que realizan una importante labor formativa 17 . Con una amplia adopción inicial por parte de la profesión de enfermería, los planes asistenciales han evolucionado en nuestros días a un ámbito más multidisciplinar. Asimismo, pueden encontrarse enfocados en patologías concretas o abordarse desde un punto de vista más holístico, con- siderando diversos problemas de salud e, incluso, aspectos sociosanitarios. La integración de los planes asistenciales electrónicos como parte de la historia clínica electrónica permite disponer de una única fuente de información, en relación con la atención y coordinación de los cuidados de un paciente y facilita la continuidad de cuidados entre profesionales, tanto en un mismo centro sa- nitario como entre centros sanitarios o incluso niveles asistenciales diferentes, cuando dicha HCE es compartida. Los avances en tecnologías de la información y las comunicaciones de las últimas décadas, así como los progresos en la elaboración de estándares e interoperabilidad mencionados anteriormente, han permitido que los datos capturados por múltiples dispositivos puedan integrarse de forma precisa, es- tructurada y estandarizada en la historia clínica electrónica y estén a dispo- sición de los profesionales sanitarios para su valoración y posterior toma de decisión. La capacidad de disponer de este tipo de datos en tiempo casi-real y en el continuo asistencial contribuye a la mejora de la calidad de la asistencia sanitaria y la seguridad del paciente, eliminando la necesidad de la entrada manual de datos y previniendo errores de transcripción. Hoy en día, se dispo- ne de la capacidad de integrar en la HCE sistemas de monitorización continua y otros dispositivos de cabecera como respiradores o máquinas de gases de anestesia, frecuentes en áreas como el bloque quirúrgico y las unidades de cuidados críticos. Asimismo, también es frecuente encontrar integrados otros dispositivos de monitorización intermitente como monitores de señales vitales, propios de plantas de hospitalización, áreas de urgencias y consultas externas.
16 A four-phased model of the evolution of clinical decision support architectures. A. Wright, D. F. Sittig. Int J Med Inform. 2008 Oct; 77(10): 641–649. 17 Care planning with the electronic patient record. C. Mills. Nursing Times. 2005 Sept. Vol: 101, Issue: 37, Page: 26.
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