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ENCUADRE, (EL PSICOANALÍTICO) Entrada tri-regional Consejo editorial interregional: Joan Schachter (Europa), Jon Tabakin (América del Norte), Thais Blucher (América Latina) Co-presidente coordinador interregional: Arne Jemstedt (Europa)
I. DEFINICIÓN
Las condiciones estables necesarias para llevar a cabo la investigación y transformación de los fenómenos psíquicos, en especial aquellos relacionados con el inconsciente, en un entorno terapéutico específico.
El concepto de encuadre psicoanalítico ha sido implícito desde que Freud empezó a desarrollar el psicoanálisis como método de investigación y tratamiento, como lo demuestran sus trabajos sobre Técnica (1912, 1913). Aunque, por varias razones, se haya modificado el encuadre externo propuesto por Freud (como las 6 sesiones por semana a la misma hora cada día), el concepto de encuadre ha ido desarrollándose y elaborándose en relación con los significados inconscientes del analista y el paciente –especialmente en trabajos con pacientes con trastorno límite de la personalidad y de difícil acceso y en relación con el encuadre interno del analista, también conocido como actitud analítica del analista (Schafer, 1993). Cuando se habla del “encuadre analítico”, se hace referencia a las condiciones de trabajo específicas y exclusivas que se necesitan para llevar a cabo un proceso analítico. Otros tratamientos, como la psicoterapia psicoanalítica, tienen un encuadre propio, aunque pueden utilizar algunos elementos del encuadre analítico. El encuadre incluirá tanto condiciones externas como internas. Las primeras se establecen en un marco de espacio y tiempo, mientras que las segundas hacen referencia al estado de ánimo óptimo para llevar a cabo la labor analítica, que consiste básicamente en mantener una mente abierta: en el paciente, mediante la regla de la libre asociación, y en el analista, con una atención (parejamente) flotante y una actitud de neutralidad y abstinencia. Aunque el encuadre interno suele asociarse con el analista, también puede aplicarse al paciente. Este “encuadre interno” del paciente puede que al principio no sea aparente y necesite tiempo para desarrollarse durante las consultas. En cuanto al encuadre externo, algunos analistas hablan de un “pacto” o más bien un “contrato” entre el analista y el paciente (Etchegoyen, 1991).
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