Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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advertencias son válidas. El uso del diván facilita la concentración del paciente en su actividad mental y la regresión psíquica, cosa que permite la aparición de fantasías y conflictos inconscientes dentro de la red de asociaciones. Winnicott (1954) entendió el encuadre analítico como las condiciones necesarias para poder expresar, entender e interpretar las perturbaciones del desarrollo derivadas de fracasos y traumas, y así estimular el progreso del desarrollo. (Véase la sección sobre encuadre y regresión ). Tiempo . Consiste en sesiones de 45 o 50 minutos; una alta frecuencia de sesiones, entre tres y cinco por semana; y, aunque la duración de todo el tratamiento sea difícil de determinar, puesto que cada paciente requiere un período particular, se sabe que suele durar muchos años. A medida que se ha logrado una mayor comprensión de la vida psíquica, especialmente en relación con los niveles primitivos y psicóticos de los pacientes, se ha ido ampliando la duración del psicoanálisis. Hoy en día la frecuencia de las sesiones es un tema polémico. Para algunos analistas el número de sesiones es irrelevante, mientas que para otros es importante. Los primeros consideran que lo importante son la actitud y la función analítica del analista o el “encuadre interno”. Otros analistas piensan que para desarrollar la función analítica y un encuadre interno adecuado para cada paciente, es necesario establecer una relación intensa, por lo que la alta frecuencia de sesiones es un factor esencial. También consideran que es esencial para el paciente, para poder explorar su mente a nivel profundo a través de la asociación libre y, sobre todo, para trabajar las interpretaciones del analista. Con respecto a la frecuencia de las sesiones, Freud dijo: “Trabajo con mis pacientes cotidianamente, con excepción del domingo y los días festivos; vale decir, de ordinario, seis días por semana. En casos benignos, o en continuaciones de tratamientos muy extensos, bastan tres sesiones por semana. Otras limitaciones de tiempo no son ventajosas ni para el médico ni para el paciente […]; un trabajo menos frecuente corre el riesgo de no estar acompasado con el vivenciar real del paciente, y que así la cura pierda contacto con el presente y sea esforzada por caminos laterales” (Freud, 1913. SE: 12. p. 127). Aunque la alta frecuencia de las sesiones no sea suficiente, para muchos analistas es un factor necesario. Sin embargo, esto debe ir acompañado de otros elementos del método psicoanalítico, como la atención a la transferencia y la contratransferencia, incluyendo los niveles primitivos y psicóticos tanto del paciente como del analista, así como la interpretación del analista. Otras condiciones externas . La consulta del analista tiene características específicas (muebles, decoración, temperatura de la habitación, etc.) que muestran algo de la personalidad del analista. El cuerpo del analista es también parte del encuadre. Enid Balint (1973), al escribir acerca del análisis de mujeres por una mujer analista, sugirió que para el paciente, a nivel inconsciente, la habitación del analista adquiere el significado del cuerpo de la madre. Lemma (2014), siguiendo la idea de Bleger, ha desarrollado la conceptualización de “encuadre encarnado”, especialmente en pacientes que hacen una transferencia simbiótica. Ella señaló que la apariencia física del analista actúa como un fuerte estímulo en el mundo interior del paciente y cualquier cambio en el cuerpo del analista se siente de forma profundamente desestabilizadora.

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