Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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y discernimiento entre el analista y el paciente en la sesión: “una feliz combinación de emoción, imaginación y reflexión, que nos permitió tanto al paciente como a mí comprender plenamente lo que estaba sucediendo” (2004, p. 13). La descripción que hizo Antonino Ferro de los cuadrantes del setting (o encuadre) ha contribuido a ampliar el concepto de encuadre (1998). Éstas son las cuatro definiciones principales del encuadre que, aunque destaquen algunos significados, se combinan para constituirlo como un todo. El primer cuadrante es el conjunto de reglas formales (diván, frecuencia, honorarios, etc.). El segundo incluye la condición mental del analista que, según Ferro, varía dependiendo de las identificaciones proyectivas del paciente y es una condición clave para la evolución del análisis. El tercer cuadrante se refiere al encuadre como una meta y entiende su ruptura por parte del analista como un intento de comunicación, especialmente en el caso de los pacientes más graves. Aquí Ferro destaca una perspectiva diferente a la tradicional, porque considera que la transgresión de las reglas puede constituir un modo de comunicación más que un mero acting out . (Limentani, 1966, también ha destacado este punto porque entiende el acting out como una vía de comunicación). Finalmente, el último cuadrante incluye la alteración del encuadre por parte del analista y está basado en las ideas de José Bleger.

IV. EL ENCUADRE Y LA REGRESIÓN

El concepto de regresión es un tema polémico. Para algunos analistas que siguen la tradición psicológica del ego, el encuadre es una condición en la que “la inmutabilidad de un ambiente constante y pasivo lo obliga [al paciente] a adaptarse, es decir, a regresar a niveles infantiles” (Macalpine, 1950, p. 525) con el fin de facilitar el análisis de la neurosis transferencial. Por el contrario, Winnicott plantea la que los aspectos positivos del encuadre analítico proporcionan un ambiente facilitador y sostenedor que permite la regresión. Este autor defiende un ambiente activo y sensible en que el encuadre represente aspectos de la actitud del analista. Winnicott hizo hincapié en la importancia del encuadre como agente terapéutico en sí mismo, sobretodo en aquellos pacientes cuyo trastorno del desarrollo ha llevado a la formación de un yo falso (1955). Dichos pacientes requieren una regresión profunda, y por ello necesitan que el entorno físico y la presencia del analista les brinden un encuadre saludable para el desarrollo del (verdadero) yo –la retención de interpretaciones prematuras es parte de la adaptación que necesita hacer el analista. Melanie Klein (1952, p. 55) señaló que el espacio terapéutico está dominado por la transferencia, entendida como la “situación total” de la interacción entre el paciente y el analista. Según esta autora la interpretación es la principal herramienta del analista para interactuar con el paciente. De hecho, Klein intentó crear, en alianza con Freud, un espacio objetivo donde las proyecciones de los objetos internos buenos y

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