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III. DESARROLLOS POST-FREUDIANOS EN EUROPA Y AMÉRICA DEL NORTE
La conceptualización del conflicto también define las teorías psicoanalíticas después de Freud. Dos elaboraciones divergentes de la obra de Freud entraron en conflicto en Gran Bretaña y, posteriormente, en los Estados Unidos: la psicología del yo y las relaciones objetales – un conflicto teórico muy fértil para el psicoanálisis que inspiró importantes desarrollos en todo el mundo. III. A. El papel del conflicto en el desarrollo: déficits del desarrollo y psicosis El debate del “ conflicto versus trauma” se amplió con un modelo de déficit estructural. En este caso, las hipótesis de patogenicidad no postulan conflictos motivados por las pulsiones, sino que trabajan con el concepto de un yo debilitado a priori (debido a las influencias ambientales traumáticas o a una predisposición). Los términos relacionados con este modelo son la “falla básica” (Balint, 1968), los “trastornos tempranos de la personalidad” y las “alteraciones estructurales del yo” (Fürstenau, 1977). Los defensores de la hipótesis de déficit se basan en la presunción de eventos traumáticos causales y graves en la primera infancia, algunos de ellos poco evidentes e incluso causados por un déficit de respuesta, contención o sostenimiento por parte de los cuidadores. Estos analistas argumentan que tras la aparición de la psicosis, el trauma adquiere la función de déficit. Esto implica que los pacientes están condicionados por los eventos, que son víctimas de sus circunstancias y que ellos mismos no tienen fuerzas suficientes para influir en estos procesos. El tratamiento, por tanto, tiene como objetivo principal la sustitución y la influencia psicoeducativa. Frente a esta conceptualización del conflicto del desarrollo , otras analistas asumen que incluso los procesos psicóticos son causados por conflictos intrapsíquicos. Los dilemas internos que exceden al conflicto neurótico se desenvuelven entre dos orientaciones mutuamente excluyentes que conducen a procesos de escisión, des- simbolización y acción concreta. En muchos de estos casos se reportaron traumas de la primera infancia (Kapfhammer, 2012a, 2012b). El modelo del conflicto no entiende el trauma como la causa de la psicosis, sino que entiende el funcionamiento psicótico como resultado de un proceso por el cual el aparato mental intenta encontrar una solución a las incompatibilidades internas que amenazan su existencia por medio de una escisión psíquica excesiva. Por tanto, se atribuye al paciente la posibilidad de moldear activamente el desarrollo de síntomas a través del tratamiento psicoanalítico y mediante la inmersión en un lenguaje y una realidad compartida donde se desarrolla este proceso, con el fin de resimbolizar e integrar aquello que previamente era impensable. El psicoanálisis empezó como una teoría del conflicto mental, entendido como un aspecto constante y universal de la condición humana y una especie de combustible
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