Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

Volver a la tabla de contenido

Primero, el problema fue y sigue siendo cómo traducir “Ich”. En francés, el término elegido fue “moi”, que es el “ego” en inglés, pero no es completamente satisfactorio. “Ich” también significa “je” (es decir, “yo” o “I” en inglés) o “le sujet”, el sujeto. Por otro lado, Freud no habla en ningún momento de un objeto interno o externo, algo que introdujeron M. Klein y sus seguidores. Freud solo habla del objeto y cubre muchos aspectos, desde el objeto del mundo exterior hasta el objeto de las fantasías, sin hacer distinciones entre todos los significados de un objeto. Debido a la influencia de leer a Freud, pocos psicoanalistas franceses siguieron la concepción de Klein de un yo y sus fantasías y objetos internos. La mayoría de los psicoanalistas franceses prefieren emplear el concepto de representación al de objetos internos y mantener la ambigüedad de la noción de objeto, entre el objeto de la pulsión y el objeto externo. Lacan introdujo la idea de que el yo está alienado y el único interés del psicoanálisis era “el sujeto del inconsciente”, que no es el yo, pues éste surge en el “estadio del espejo” solo para alienarse a través de las identificaciones (1966). Para Lacan existía una escisión entre el yo y el sujeto. También fue una forma de enfrentarse a las concepciones de la psicología del Yo y autores como R. Loewenstein, quien, antes de su partida a los Estados Unidos, fue uno de los fundadores y miembro eminente de la Sociedad de París. En otra línea de investigación personal, P. Aulagnier había descrito el nacimiento del “je”, el “yo” (1975). Mientras que, en Gran Bretaña, autores como W. Bion y D. W. Winnicott describían el papel de la madre en el nacimiento de la psique de un bebé, el trabajo francés sobre la representación metapsicológica fue el siguiente: Jean Laplanche describió un objeto cuyos mensajes enigmáticos eran la fuente de la pulsión dentro del sujeto (1987). Al otro lado estaba André Green, que abogaba por una pulsión arraigada en el cuerpo biológico, que tenía que buscar el objeto para ser representada (1997). En el psicoanálisis francés, pocos autores habían empleado la noción del yo mismo, incluso cuando todos se mostraban cautelosos con respecto a la parte adaptativa del yo y ninguno podía adherirse a la idea de la psicología del Yo de un yo sin pulsiones relacionadas con acciones y conflictos. La idea de un yo mismo verdadero y otro falso (D. W. Winnicott) fue aceptada, pero no del todo, porque la idea del sí mismo como algo muy diferente del yo no fue bien recibida. Algunos autores se refieren al sí mismo de diferentes maneras, sin que sea exactamente el sí mismo de Jacobson o el de Kohut. La dificultad de emplear la noción del sí mismo en un sentido más definido fue probablemente una de las razones por lo que el concepto no tuvo mucho éxito en Francia (ver la entrada SÍ MISMO (SELF)). Tales dificultades llevaron a los analistas a emplear el concepto de sujeto con un sentido distinto al de Lacan, cuya teoría y práctica no siguieron los psicoanalistas franceses de la API. La idea era que había una parte del yo que integraba los impulsos de las pulsiones a través del vínculo con los objetos, es decir, el sujeto. Este fue el

336

Made with FlippingBook - Online magazine maker