Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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En este punto, nos topamos con otra contradicción del psicoanálisis: si uno quiere explorar las profundidades del inconsciente, debe tantear la superficie de la conciencia. En este trabajo, mientras escribía sobre la asociación libre desde el punto de vista de la resistencia, Freud señala que una las primeras cosas con que se encuentra el analista es que la regla fundamental se convierte en la meta de los ataques de la resistencia: “El enfermo procura evadirse por todos los medios de sus imperativos. Ora asevera que no se le ocurre nada, ora que es tanto lo que le acude que no puede apresar nada. Entonces notamos, con asombro y disgusto, que ha cedido a esta o a aquella objeción crítica…” (p. 288 [263-264]). Cuando los pacientes alegan (impulsados por la resistencia) que el analista no puede ser tan despiadado como para querer que digan todas esas cosas insignificantes, estúpidas y embarazosas, “uno tiene que declarar que decirlo todo significa realmente decirlo todo.” (Freud 1916-1917, p. 288 [264]). II. Bc. La asociación libre en el contexto de la teoría estructural (segunda tópica) En términos generales, Freud continuó considerando que todo lo que se interponía en el camino de la asociación libre del paciente (y de su curación) era una manifestación de la resistencia. Con la introducción de la teoría estructural y la segunda teoría de la angustia (Freud 1923, 1926), se hizo posible una forma más estrictamente psicoanalítica de trabajar con las resistencias inconscientes. Mientras que, en la primera teoría de la angustia, en el contexto de la (primera) tópica, la angustia era vista como el resultado de la defensa, en la segunda teoría de la angustia el yo fue entendido como el asiento de la angustia. Los mecanismos de defensa fueron definidos y ubicados en el yo. La represión era uno de ellos. La angustia pasó entonces a ser un motivo, disparador o señal para la defensa, no su resultado. En 1923, Freud escribió los “Dos artículos de enciclopedia”, ofreciendo una clara explicación sobre la asociación libre y la regla técnica fundamental , en distintas secciones. Con respecto a la asociación libre , una vez más empleando la tercera persona, escribe: “Más tarde notó que ese esforzar no era necesario, pues en el paciente casi siempre emergían copiosas ocurrencias, sólo que las apartaba de la comunicación, y aun de la conciencia, en virtud de determinadas objeciones que él mismo se hacía.” (1923a, pp. 237-238 [234]). Cuando Freud abandonó la hipnosis, pensó que obtendría tales asociaciones si insistía con suficiente firmeza en que sus pacientes no hipnotizados le proporcionaran sus asociaciones. Sin embargo, más tarde se dio cuenta de que esa presión era innecesaria, ya que los pacientes producían muchas ideas de forma natural. No obstante, surgían ocasionalmente objeciones que impedían la comunicación de ciertos

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