Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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conflicto de las relaciones objetales de Dorpat está relacionado con la oposición en el individuo de sus propios deseos con respecto a las representaciones internalizadas de los deseos de otra persona. Un ejemplo sería: “Quiero hacer esto, pero lastimaría a mi madre.” Dorpat cita los posibles déficits del yo y/o superyó (Gedo and Goldberg, 1973) y una etapa inferior de formación del superyó (Sandler, 1960) para enfatizar la necesidad de un modelo jerárquico de la mente y llegar a una comprensión integrada del conflicto psíquico. En un nivel superior de diferenciación interna, esto implica el modelo tripartito, y en un nivel inferior, un modelo de relaciones objetales, donde el superyó no se experimenta plenamente como un agente interno, la “culpa de separación” se genera por la separación incompleta del yo mismo y el objeto y el proceso de representación no está completamente internalizado. Como el paciente de Dorpat hablaba de la “madre en mi cabeza” y no de una interacción real con su madre, el conflicto no podía clasificarse entre los conflictos externos o externalizados. Desde que las relaciones de objeto pasaron a ser el centro de atención, hubo quienes dedicaron sus esfuerzos a integrar la psicología del yo a las teorías de las relaciones objetales. Esta integración tuvo implicaciones teóricas y técnicas. Una de las más influyentes fue la del norteamericano Otto Kernberg. Su síntesis, que se ha ido elaborando durante los últimos 30 años, es especialmente aplicable al desarrollo pre-edípico y las patologías de personalidad límite de “alcance más amplio”, donde los conflictos intrapsíquicos inconscientes no son simplemente conflictos entre el impulso y la defensa. En sus escritos, Kernberg (1983; 2015) explica que los conflictos pre-edípicos se producen entre dos unidades opuestas o conjuntos de relaciones de objeto internalizados (con todo lo bueno y todo lo malo). Cada una de estas unidades consta de representaciones del yo mismo y el objeto impactadas por un derivado de la pulsión, y su manifestación clínica es una disposición de afecto. Tanto el impulso como la defensa hallan su expresión a través de una relación de objeto internalizada e imbuida afectivamente. Haciendo referencia a Fairbairn (1954), Klein (1952), Jacobson (1964) y Mahler (Mahler, Pine and Bergman, 1975), Kernberg postula la internalización de las relaciones significativas entre el yo y los demás como bloques constructivos en forma de unidades diádicas del yo y representaciones de objeto unidos por el afecto en que se experimentan. Estos bloques constituyen la infraestructura básica de la mente. La consolidación e integración gradual de estas unidades diádicas en estructuras más complejas y superiores conducen al desarrollo de la estructura tripartita del yo, superyó y ello. Las díadas representativas e internalizadas del yo mismo / objeto se conciben como parte integral de los estados afectivos extremos, tanto los positivos como los negativos, y determinan, respectivamente, “todo lo bueno” y “todo lo malo”, las estructuras mentales “idealizadas” y las “persecutorias”. La teoría psicoanalítica de las relaciones objetales dentro de la teoría estructural implica dos niveles básicos del desarrollo.

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