Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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sistemas de neuronas espejo (Gallese, Eagle y Migone, 2007) se consideran un elemento posible de esta “interpersonalidad” innata. A este respecto, también son relevantes los estudios neuroanalíticos de las estructuras y actividades del cerebro derecho implicadas en los procesos inconscientes del “sí mismo implícito” de Allan Schore (2011).

VI. Db. Mahler y Stern: síntesis de la investigación y la teoría Margaret Mahler

Emigrante de su Viena natal a Nueva York, donde vivió y trabajó la mayor parte de su vida adulta, la influencia de Margaret Mahler se siente con fuerza en ambos continentes, tanto en América del Norte como en Europa. Su teoría de la separación e individuación se desarrolló a partir de su extenso trabajo y estudio de niños con patologías severas de autismo y “psicosis simbiótica”. Claramente relevante para el trabajo analítico infantil, su noción de los orígenes simbióticos de la existencia humana, con el surgimiento del sí mismo gracias a los procesos complementarios de separación e individuación que estructuran las representaciones internalizadas del sí mismo, se distingue de las representaciones objetales internas. Las fases y subfases del proceso de Separación-Individuación incluyen el autismo y la simbiosis pre-separación, y la Separación-Individuación propiamente dicha con las subfases de Diferenciación/“Eclosión”; Ejercitación, Acercamiento, y “Hacia la Constancia Objetal” (Para más información, consultar el capítulo IV.B. de esta entrada). Daniel N. Stern Un analista formado en América del Norte, activo tanto en América del Norte como en Europa, Stern (1985) ha elaborado un modelo del desarrollo del sí mismo a partir de la integración de los conocimientos sobre investigación infantil con la teoría psicoanalítica. Al nacer, el bebé experimenta el mundo como un torrente de estímulos sensoriales aparentemente no relacionados, que él/ella gradualmente aprende a “unir” usando señales como el “tono hedónico” (calidad emocional) y patrones temporales e intensos compartidos entre los estímulos. Este proceso de integración y organización de la experiencia, llamado el sentido emergente del sí mismo, continua hasta aproximadamente los dos meses. Sirve de base para la capacidad del niño de aprender y crear. En torno a los dos meses, la organización de la experiencia sensorial del bebé llega a un punto en que él/ella es capaz de organizar la experiencia lo suficiente bien

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