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sobre las elaboraciones relacionadas con el yo y el sí mismo norteamericanas y europeas, sino que, paralelamente, empezaron a realizar sus propias investigaciones y estudios de esos conceptos.
León y Rebeca Grinberg En su publicación pionera, hoy considerada un clásico, “Yo y Self: Su delimitación conceptual”, León Grinberg et al. (1966) abordan las dificultades tanto conceptuales como semánticas del uso habitual del Yo y el Sí mismo y proponen su propia manera de resolverlas. En la parte etimológica del ensayo, Grinberg se remonta a los orígenes del término “self” (“ipse”, en latín) empleado como prefijo de una palabra compuesta, así como pronombre y adjetivo en sus raíces clásicas latinas y en el inglés antiguo. De trece palabras compuestas originales en inglés antiguo que contienen “self” (“ipse”, en latín) como prefijo con un significado reflexivo, el “self will” (la voluntad del sí mismo) es la única que sigue utilizándose en la actualidad. Empleado como pronombre y pronombre adjetivo, indica que la referencia se hace a la persona o cosa nombrada. Además, si bien las formas no desechadas siguen siendo utilizadas desde el siglo XII, el uso literario precede el uso común: formas no desechadas ya se pueden encontrar en el poema “Christus” de Cynewulf, alrededor del año 900 d. C. Con el significado de “same” (“mismo”, en español), el término “Self” ya había aparecido en Beda, en la “Historia ecclesiastica gentis Anglorum” (Historia de la Iglesia del pueblo británico) entre 673 y 735 d. C. Grinberg aborda estos problemas conceptuales y afirma que “[a]bordar el problema que envuelve la conceptualización psicoanalítica del Self empieza explícitamente con Hartmann, cuando hace la distinción entre un ‘Yo’ como un sistema psíquico y un ‘Self’ como un concepto que se refiere a ‘uno mismo’” (Grinberg et al. 1966, p. 239), aunque también menciona un antecedente importante en una contribución anterior de Federn (1928), quien estudió el Yo como un sujeto de las funciones yoicas y también como un objeto de las experiencias internas. Según Grinberg, la contribución de Hartmann consiste en abrir la puerta a la articulación de la autorrepresentación de Jacobson. Después de revisar las ideas de Freud sobre el sujeto y los modelos del sí mismo que proponen Klein-Segal, Hartmann-Jacobson y Wisdom, basándose en el modelo de Wisdom de las introyecciones y proyecciones nucleares y orbitales, junto al sí mismo y las representaciones objetales de Jacobson y los procesos introyectivos e internalizadores, Grinberg y sus colaboradores propusieron su propio “intento de sistematización” (ibid., p. 239): Yo : Es la estructura psíquica descrita por Freud, que incluye la fantasía inconsciente del sí mismo en el yo. Corresponde al núcleo del modelo de Wisdom y contiene la autorrepresentación de Jacobson.
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