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Este diagrama de los Grinberg ilustra claramente las fronteras entre el yo y el sí mismo . En “El problema de la identidad y el proceso psicoanalítico”, los Grinberg (1974) se basan en la teoría de la formación de la identidad de Erik Erikson (1956) a partir de fragmentos procedentes de varias identificaciones; la teoría de la regresión de Ernst Kris (1952), que propicia la actividad creativa, y los estudios de Mahler (1958) sobre las alteraciones de la identidad en casos de autismo y simbiosis, para formular su propia teoría sobre el sentido de la identidad como “el resultado de un proceso de interacción continua entre tres vínculos integrativos, a saber, el espacial, el temporal y el social” (Grinberg y Grinberg 1974, p. 506). Otro autor que exploró la relación entre el yo y el sí mismo según la “psicología del yo estadounidense” fue el argentino Salomón Resnik . En su “El yo, el self y la relación de objeto narcisista”, Resnik (1971-1972) repasa los significados de las nociones de yo y sí mismo, incluyendo sus raíces teóricas y etimológicas en alemán, inglés y español, tanto en el psicoanálisis, como en la psicología académica y la filosofía. Entrelaza los Principios de psicología de William James (1890), la descripción del yo de Freud como una estructura con funciones (pensamiento, coordinación, funcionamiento sintético e integrador, mecanismos de defensa) y las formulaciones de Hartmann y Jacobson para centrarse en la “ambigüedad y especificidad del sí mismo”: “el Selbst quedó como una idea ambigua, a la que los psicoanalistas anglosajones dieron un significado en la experiencia clínica” (Resnik 1971-1972, p. 267). En el diccionario de Mijolla (2002), muy influyente en América Latina, Agnes Oppenheimer describe el surgimiento de la psicología del sí mismo desde una perspectiva de la psicología del yo , haciendo hincapié en cómo la estructura del yo dotada de funciones difiere de las autorrepresentaciones, las cuales están investidas narcisísticamente. El sí mismo se convertirá entonces en una estructura per se del aparato psíquico. Como concepto fundamental de la psicología del sí mismo , la empatía es clave para comprender el sí mismo y las relaciones del sí mismo con los objetos. Kohut la definió como “la capacidad de pensarse y sentirse en la vida interior de otra persona. Es nuestra capacidad de experimentar lo que experimenta otra persona” (Kohut 1984, p. 82) y está diseñada para comprender el proceso interactivo entre dos personas, ocupándose principalmente de la patología narcisista. En cuanto a los aspectos económicos, es necesaria la diferenciación entre la investidura libidinal del yo y la del sí mismo , esta última reservada principalmente al narcisismo. En la psicología del yo , basada en la teoría estructural de Freud (segunda topografía) y el aparato psíquico del yo, el ello y el superyó, el yo es “lo que uno es”; el yo negocia entre las necesidades básicas de la persona y las exigencias de su entorno, en parte consciente y en parte inconscientemente, y busca la adaptación y la reducción de la angustia, a diferencia del sí mismo y los objetos del sí mismo.
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