Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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la centralidad del conflicto, pero también empezaron a despuntar las perspectivas francesas, cada vez más influyentes. Con la afluencia de prominentes analistas europeos que escapaban de los nazis, especialmente aquellos cercanos a Sigmund y Anna Freud, se sistematizó el psicoanálisis post-freudiano norteamericano con la denominación de psicología del yo. Los psicólogos del yo pusieron mucho énfasis en los conflictos estructurales inter- sistémicos e intra-sistémicos. En la década de los setenta, coincidiendo con la muerte de Heinz Hartmann, la “era Hartmann” pasaba a la historia al mismo tiempo que se instauraba la era del pluralismo en la teoría y práctica del psicoanálisis. En todos los continentes, crecía la influencia de las teorías británicas de relaciones de objeto de Klein, Bion y Winnicott, los enfoques franceses lacanianos y no lacanianos, la síntesis de Freud de todo lo anterior en la obra de los autores latinoamericanos y el surgimiento de la psicología del sí mismo de Kohut, las perspectivas relacionales e intersubjetivas, junto con el florecimiento de los estudios de la infancia y los avances en la neurociencia moderna, coincidiendo con un “alcance cada vez mayor” de la práctica clínica psicoanalítica que enriqueció el pensamiento psicoanalítico sobre el conflicto a muchos niveles. De esta manera, se produjo un giro importante en el enfoque inicial sobre el conflicto edípico hacia nuevas formulaciones de conflictos (pre-edípicos) que abarcan procesos identificativos-proyectivos e introyectivos del desarrollo temprano de las relaciones diádicas objetales internalizadas, la ansiedad de separación, la pérdida del objeto, la pérdida del amor del objeto, la pérdida de la identidad y pérdida de la realidad, con las etapas iniciales correspondientes de construcción de la estructura psíquica a través de la representación y la simbolización. Viejas controversias (y conflictos) acerca de la importancia del trauma vs. el conflicto inconsciente, además de una polarización de la fantasía vs. la realidad, el legado biológico y constitucional vs. el ambiente y el conflicto vs. el déficit, fueron reexaminadas y poco a poco reintegradas a la versión contemporánea de un paradigma complejo de “series complementarias”. El nuevo paradigma se ejemplifica mediante tendencias convergentes dentro de los modelos post-freudianos, post-kleinianos y post-bionianos, así como en los modelos sintéticos que tratan de integrar los niveles pre-edípicos y edípicos de organización relacionados con el conflicto y el desarrollo neurobiológico. Esta mayor apreciación de la pluralidad teórica y la perplejidad que rodea al conflicto ha resultado muy saludable para el pensamiento y la práctica psicoanalítica. La neurociencia moderna confirma que la mayor marte de nuestra actividad mental es inconsciente y que la vida mental está plagada de conflictos. En contra de todos los pronósticos, el psicoanálisis continúa proporcionando la comprensión más profunda de la mente humana con sus conflictos esenciales (reconocidos explícita o implícitamente, en el centro del escenario o entre bastidores).

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