Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

Volver a la tabla de contenido

equivalente, mientras que para las pulsiones sexuales puede ser el pecho, el pezón, el dedo, o cualquier otro objeto que haga posible la succión, incluso la propia lengua. Una articulación clara de la antítesis entre pulsión sexual y pulsión de autoconservación aparece en 1910, en “La perturbación psicógena de la visión según el psicoanálisis”, y en 1911a, en “Puntualizaciones psicoanalíticas sobre un caso de paranoia descrito autobiográficamente” (Freud 1910a, 1911). En “La perturbación psicógena de la visión según el psicoanálisis”, Freud (1910a) utiliza por primera vez el término “pulsión yoica”, identificándola con las pulsiones de “autoconservación” y asignándole un papel vital en la función de la represión. En “Puntualizaciones psicoanalíticas” (Freud 1911a), afirma: “Aprehendemos la pulsión como el concepto fronterizo de lo somático respecto de lo anímico, vemos en ella el representante psíquico de poderes orgánicos y aceptamos el distingo popular entre pulsiones yoicas y pulsión sexual, que coincide, nos parece, con la doble situación del individuo, el cual aspira tanto a su propia conservación como a la de la especie.” (p. 73 [68-69]). III. Aab. Segunda fase/ período/ “etapa”: 1914 – 1920 En este desarrollo de la teoría pulsional, lo que pasa a primer plano es el concepto de objeto . En la primera etapa de la teoría pulsional, la agresión se había considerado un componente parcial de cualquier pulsión. En esta segunda etapa, comienza a estudiarse según las relaciones sujeto-objeto, las relaciones entre el Yo y la realidad externa, entre el placer y el displacer, y los afectos de amor y odio que tales relaciones generan. “Introducción al narcisismo” (Freud 1914) es una exposición formal de la teoría de la libido, donde se presenta una nueva caracterización de las pulsiones : al proponer la oposición entre la libido yoica o narcisista (libido dirigida hacia el yo o el sí mismo) y la libido objetal (libido investida en objetos), los instintos yoicos se conciben como libidinales . Si bien la distinción entre pulsiones sexuales y yoicas no desaparece, la introducción del concepto de narcisismo convierte a la libido en un elemento común de ambas. Por otra parte, en este momento de la teorización freudiana, el Yo se vuelve más complejo: además del componente libidinal de las pulsiones yoicas, existe un componente no libidinal que Freud denomina “interés”, en consonancia con las pulsiones de autoconservación. Este texto se considera un antecedente importante tanto de la teoría estructural freudiana posterior (segunda tópica), como de la teoría de las relaciones objetales.

606

Made with FlippingBook - Online magazine maker