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a nivel de la fantasía, sino también a nivel de la conducta del analista en el curso del tratamiento.
III. Ab. El modo atencional difuso Por otro lado, la segunda modalidad gira en torno a un modo atencional difuso en relación con el proceso emergente. Esta modalidad de escucha implica una receptividad desenfocada que apunta principalmente a expandir el juego del proceso inconsciente, provocando su emergencia en todas sus formas para facilitar el crecimiento de la mente. Este modo atencional pide paciencia, apertura, espera y tolerancia a la incertidumbre en relación con lo que pueda emerger. Los procesos inconscientes pueden adoptar cualquier forma y se supone que son omnipresentes en la experiencia del aquí y ahora. Esta modalidad de escucha corresponde a la atención uniformemente flotante de Freud, la escucha sin memoria ni deseo de Bion (1988) y la inmersión en la ensoñación de Ogden (2005). En una modalidad de escucha difusa, la experiencia inconsciente y la información factual no se configuran necesariamente de forma relacional; sin embargo, se hace mucho hincapié en la experiencia del aquí y ahora dentro de la díada analítica. Una apertura a los símbolos no relacionales como potencialmente indicativos de emanaciones inconscientes es característica de este enfoque, con el énfasis en expandir el juego y el crecimiento de la mente. El reconocimiento de patrones repetitivos en la díada analítica no es explícitamente parte de esta modalidad, como tampoco lo es el giro hacia el relato histórico del analizado. Este proceso se sostiene porque es “enriquecedor y transformador en sí mismo” (Ferro y Civitarese, 2013). Los teóricos que suelen asociarse con la priorización de esta modalidad clínica son los interesados en la variedad de las teorías del campo, las orientaciones de inflexión winnicottiana y las terapias de juego infantil. Aquí, el analista mantiene una actitud acrítica hacia la experiencia emergente del analizado, especialmente en relación con aquellas experiencias que pueden no encajar con patrones repetitivos pasados o el relato histórico del analizado. Como ejemplos de esta modalidad analítica, Bion (1965) escribe sobre escuchar a un paciente casado que “hablaba de una forma que sería apropiada si no estuviera casado” (p. 15). En otro ejemplo, Winnicott le dice a su analizado, “[e]stoy escuchando a una niña. Sé perfectamente que usted es un hombre, pero yo escucho a una niña, y le hablo a una niña. Le estoy diciendo a esta niña: ‘Estás hablando de la envidia de pene’” (1971, p. 98). Entre los autores norteamericanos asociados con este tipo de sensibilidad se encuentran Arnold Modell (1989, 1990, 2001, 2005), Lawrence Brown (2011), Thomas Ogden (1994, 2005), Howard Levine (2009, 2011, 2012, 2013) y Donnel Stern (1997, 2010, 2015). Una forma de poner en práctica este enfoque es ver la sesión como una experiencia onírica (Ferro, 2009, Cassorla 2005, 2017a), que contiene la lente a través
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