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sí mismo naciente fue formulada por Bick. El concepto de autismo como forma defensiva para evitar la repetición de sentimientos incontenibles y experiencias no mentalizables fue teorizado por Tustin. La variedad teórica de Jarast también incluye los hallazgos de Meltzer sobre pacientes que parecen tener solo “dos superficies”, es decir, dos dimensiones, y la ausencia de un objeto interno que pueda contenerlos. Jarast también incluye el concepto kleiniano de la introyección de un “objeto bueno” como forma de tolerar la angustia. Jarast teoriza que la tarea del analista es dejar que se desarrolle la situación traumática, hasta entonces silenciada, para hacerla comprensible y se vuelva parte de una historia. De esta manera, el análisis será un proceso que va en contra de la pulsión de muerte, como también señalaron Baranger y Mom (1987). Para ello, el enfoque debe diferir del “tradicional”. En resumen, Jarast ve el proceso analítico –al servicio de Eros– como promotor de los potenciales vitales del individuo y como una advertencia contra los caminos seductores que puede abrir la pulsión de muerte. VI. Bg. Samuel Arbiser En “Psicoanálisis y guerra” (2013), Samuel Arbiser coincide con Freud en que todos los comportamientos humanos contienen tanto el Eros como el Tánatos, y que estos motores vitales se necesitan mutuamente. Es ingenuo, como advirtió Freud, promover el Eros a expensas del Tánatos o tratar de reprimir o suprimir a este último. En cuanto a las consecuencias estructurales en la psique, no puede dejarse de lado la relación entre Tánatos y Superyó y la conciencia moral, que son el resultado de identificaciones producto del complejo de Edipo. Cuando el Superyó absorbe los excesos de este componente pulsional/instintivo peligroso, se puede dar la paradoja de que una conciencia moral más severa inhiba más la agresión, lo que conduce a una mayor acumulación interna de la pulsión de muerte, perjudicial para el individuo. Según Arbiser, Freud sigue en cierta medida la creencia de que existe una mayor exuberancia sexual o violencia en los grupos sociales menos educados o sofisticados, lo cual se corresponde con su creencia en la oposición entre instinto/pulsión y cultura. Si bien Freud plantea esta oposición en términos complejos, donde la cultura sería el atenuante de las pulsiones (1921), para Arbiser es una simplificación elemental presentar los instintos/pulsiones y la cultura como opuestos, ya que la misma noción de pulsión implica una transformación radical de la carga biológica-instintiva a partir de las demandas del entorno humano.
VI. C. LA PULSIÓN DE MUERTE EN EL PSICOANÁLISIS VENEZOLANO
VI. Ca. Guillermo Teruel Guillermo Teruel (1984), psicoanalista venezolano formado en Londres, sugiere que la “pulsión de muerte”, o trieb , es el término que corresponde a la capacidad
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