Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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nacido. La presencia gratificante del pecho continente es crucial para aprender a hacer frente a las emociones y poder cambiarlas, desarrollando así el aprendizaje emocional. De hecho, las formulaciones de Bion sobre la identificación proyectiva como una defensa primitiva del ego, se convierten en una descripción de la identificación proyectivo-normativa del desarrollo, implícita en el modelo continente-contenido.

III. CONTINENTE-CONTENIDO (CONTENCIÓN): EVOLUCIÓN DEL CONCEPTO SEGÚN BION

En el artículo “Ataques al vínculo” (Bion, 1959), Bion describe su experiencia con un paciente psicótico que utilizaba la identificación proyectiva para evacuar partes de su personalidad en el analista. Según el punto de vista del paciente, si el analista dejaba reposar sus evacuaciones por un tiempo suficiente, éstas se transformarían en su psique y podrían serle re-introyectadas de forma segura. Bion explica que cuando el paciente sintió que el analista había evacuado sus proyecciones demasiado rápido, es decir, sin tiempo suficiente para modificar los sentimientos, éste respondió con mayor desesperación y violencia, tratando de (re)proyectar esos sentimientos en el analista. Bion relaciona este proceso clínico a la experiencia del paciente con su madre, que no podía tolerar las proyecciones del niño ni contener sus temores proyectados. Bion sugiere que “una madre comprensiva sería capaz de experimentar, a través de la identificación proyectiva, el sentimiento de temor que este bebé estaba sufriendo y conservar una perspectiva equilibrada a su pesar” (Bion, 1959, pp. 103-104). En 1962, en su publicación “Aprendiendo de la experiencia” y en el artículo titulado “Una teoría del pensamiento”, Bion trabaja estas ideas más a fondo. Describe la capacidad de reverie (o ensoñación) de la madre como un estado de ánimo receptivo, que le permite captar el terror proyectado del niño. Bion introduce la idea de ensueño maternal a la idea de identificación proyectiva y explica cómo el ambiente, a través de las relaciones primarias, afecta el desarrollo intrapsíquico. La ensoñación es un estado receptivo en que la madre se identifica con la proyección del niño y le responde de forma inconsciente. A través de la ensoñación maternal, la madre crea una nueva comprensión de lo que el niño trata de comunicar. La madre transforma lo que Bion llama los elementos beta en elementos alfa, que luego pueden comunicarse de vuelta al niño. Este proceso se convierte en la primera definición del modelo continente-contenido. Básicamente, el proceso sigue los siguientes pasos: primero la madre, en un estado de ensoñación, recibe y hace suyos aquellos aspectos insoportables del yo, los objetos, afectos y experiencias sensoriales no procesadas (elementos beta) de su bebé que le han sido proyectados en su fantasía. En segundo lugar, debe soportar todas las consecuencias de estas proyecciones en su cuerpo y

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