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semántica” a su alrededor, mientras que la situación analítica en sí proporciona un “mundo cercado”, así como un lugar donde poder encontrar significado. Señala que los precursores del pensamiento, los elementos beta, pueden proyectarse fuera de la mente sobre tres esferas posibles: el cuerpo, lo que conduce a la disfunción psicosomática; la esfera perceptiva, lo que conduce a las alucinaciones perceptivas, o el ámbito de la acción, lo que conduce a los enactments sintomáticos. Él explora la posibilidad de una relación continente-contenido mutuamente destructiva: la “contención maligna”, donde el sujeto que se enfrenta a la introducción de una nueva idea solamente puede imaginar dos alternativas (catastróficas): “el encarcelamiento o la fragmentación”. El trabajo de Betty Joseph ha subrayado los aspectos comunicativos de la identificación proyectiva para mantener el equilibrio psíquico y la posibilidad de que este proceso conduzca al cambio psíquico si se contiene (Joseph 1989). Ella ha señalado la sutil pero poderosa presión que se ejerce sobre el analista a través de las proyecciones del paciente, incitándolo a realizar algún tipo de actividad, como contestar preguntas, ofrecer consuelo o dar explicaciones. Esto lo describe como “dejar fuera una parte del sí mismo del paciente en vez de analizarlo”. Las comunicaciones subyacentes aquí consisten en que el analista no puede soportar o contener el dolor psíquico del paciente. Sin embargo, cuando estas presiones pueden reconocerse y abordarse, el analista puede brindarle al paciente la experiencia de una contención útil. En Italia , Antonio Ferro (2009) combinó la teoría del pensamiento de Bion y su modelo del continente-contenido con la teoría del campo bipersonal de Willy y Madeleine Baranger, que para Ferro se convierte en la teoría del campo “multipersonal”, donde “agrupaciones internas de pacientes y analistas se involucran en interacciones complejas, … en términos de la función α del campo, turbulencias β en el campo y cualidades continentes en lugares específicos del campo (♀) o hipercontenidos (♂) en otros lugares. … Poco a poco, todas las herramientas para pensar introducidas por Bion serán consideradas como pertenecientes al campo, del cual la relación actual es uno más de sus loci , como lo son los antecedentes que continuamente ejercen presión para ser deconstruidos, desconcretizados y resoñados. Lo mismo pasa con los elementos β que esperan ser soñados…” (Sabbadini y Ferro 2010, pp. 424-425; énfasis añadido). Aplicado al trabajo clínico, Ferro (2009) y Civitarese (Civitarese 2008; Ferro y Civitarese 2013a, b) enfatizan el empleo de la mente y el cuerpo del analista, mantenidos en ensoñación, como guía de los procesos inconscientes del paciente y entre el analista y el analizado. (Ver también las entradas TEORÍAS Y CONCEPTOS DEL CAMPO PSICOANALÍTICO) Analistas norteamericanos como James Grotstein (1981, 2005), Robert Caper (1999) y Thomas Ogden (2004) también han realizado aportaciones sustanciales al concepto. Al especificar los procesos de transmisión dentro de la comunicación preléxica continente/contenido, Grotstein desarrolló su concepto de “transidentificación proyectiva”: “De esta manera, cuando el analista actúa como continente de las experiencias del analizado, …el analizado identifica su estado emocional de forma inconsciente y proyectiva en su imagen del analista, con la
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