Diccionario enciclopédico de psicoanálisis de la API

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definitiva hacia el final de la infancia y se ausenta, o se ve alterada, en pacientes con Alzheimer y autismo. Tomando en cuenta que tales estructuras (RND) engloban varias experiencias relativas al sentido del sí mismo, cabría preguntarse si podría entenderse como una expresión material, en términos de redes cerebrales, de lo que el psicoanálisis describe como la función de contención (Fonseca, 2019). Un intento de integración de las ciencias cognitivas y el pensamiento psicoanalítico clínico y metapsicológico de varias redes conceptuales, incluyendo a Freud y la psicología del yo contemporánea, el pensamiento de Bion y posbioniano y otros teóricos británicos y norteamericanos de las relaciones objetales, así como la tradición francesa, proviene de Serge Lecour y Marc-André Bouchard (1998). Proponen un enfoque bidimensional de la mentalización que incluye múltiples niveles de contención: niveles descriptivos de tolerancia afectiva (impulsión disruptiva/ acting out y enactment , impulsión modulada/catarsis, externalización, apropiación y abstracción/asociación reflexiva) por un lado, y modos de representación distintivos , canales de expresión pulsional-afectiva (acción somática y motora, imaginería, palabra/verbalización) por otro lado. Este marco complejo influye tanto en la capacidad de escucha del paciente como del analista, para contener transformativamente y para construir las estructuras psíquicas, especialmente en pacientes en el espectro límite. Va de lo reflexivo a lo reflectante; del funcionamiento presimbólico y pre-representacional, al funcionamiento representativo y simbólico, y de los conflictos intrasistémicos (dentro del yo) a los conflictos intersistémicos (entre ello, yo y superyó). Esta conceptualización tiene muchos puntos en común con la traducción de Wilma Bucci (1994) de los dominios experienciales no simbolizados, inconscientemente simbolizados y verbalmente simbolizadados y el trabajo posterior de Mauro Mancia (2006). El psicoanalista y neurólogo Mauro Mancia (2006) intenta integrar las neurociencias y la biología molecular con la teoría psicoanalítica del inconsciente no reprimido, que él considera como el núcleo del sí mismo y donde se almacenan las relaciones primarias madre-hijo. Desde su punto de vista, el correlato neurobiológico de tales experiencias prepsíquicas y presimbolizadas más tempranas forma la red de “organización morfofuncional”, anterior al pleno desarrollo del hipocampo –el centro de los recuerdos autobiográficos afectivos. El inconsciente no reprimido puede ser traído a la superficie en el análisis a través de la “dimensión musical” de la transferencia, caracterizada por la voz (su entonación y ritmo) y la prosodia del lenguaje. Los sueños pueden transformar simbólicamente experiencias presimbólicas y preverbales, de modo que puedan expresarse en palabras y pensarse incluso sin ser recordadas. Esta reconstrucción permite al paciente hablar y pensar sobre ellas incluso sin traerlas a la memoria. Mancia sostiene que este modelo integrador, basado en una pluralidad de perspectivas, desde Freud, Klein y la investigación neurobiológica y del desarrollo contemporánea, está alineada con la teoría del pensamiento de Bion (1962a, b; 1991): el enfoque clínico basado en tal integración facilita el desarrollo e internalización de la función-α de la mente, para conferir un nuevo orden a los

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